domingo, 2 de septiembre de 2012

Todo el monte al alcance de la mano


En un marco de cielo, mar y bosques, el centro de interpretación del donostiarra monte Ulía ofrece al ciudadano la posibilidad de conocer a fondo sus secretos. El centro, cuya entrada es gratuita, muestra ahora la riqueza de ese espacio natural a través una exposición permanente. A ella se suma un programa de actividades didácticas y culturales: talleres, itinerarios por el propio monte, visitas guiadas por el centro, proyecciones, etcétera.
Situado en la cima del Ulía, cerca del merendero de Basollua, el centro, que fue inaugurado el pasado 28 de julio, se suma al entramado que gestiona la Fundación Cristina Enea que, de manera conjunta, también dirige el Natur Txoko de Urgull y el Centro de Recursos Medioambientales de Cristina Enea.
Fue el Ayuntamiento de San Sebastián el que, tras llevar analizando esa idea durante varios meses, propuso a la fundación hacerse cargo de este nuevo espacio.
Así surgió esta iniciativa que permite al público conocer más a fondo el suelo y el subsuelo del monte, así como las especies animales y vegetales que lo pueblan o las que viven bajo las aguas frente a la costa que se extiende a sus pies, entre otras muchas cosas.
La muestra se reparte en diferentes secciones. La que se dedica a la geología detalla cuáles son las rocas que se pueden encontrar en sus faldas, junto a un corte que ofrece información sobre las diferentes capas del terreno. Una pantalla interactiva muestra los hábitats marinos de la zona, mientras que otro mural permite conocer la diversidad allí presente, su alimentación, sus características y sus movimientos migratorios.
Otros apartados dedicados a la flora o a los bosques completan esta muestra, que busca concienciar a los ciudadanos de la importancia del ecosistema del Ulía y la necesidad de su conservación.
Una maqueta a escala del monte y de sus alrededores y una huerta ecológica de productos locales completan el material informativo. En un panel se van explicando cuáles son y qué beneficios tienen cada uno de los vegetales que se pueden encontrar en esa huerta, que suma tomates, calabazas, vainas o albahaca.
Los grupos de observación de animales marinos o de aves que centran su actividad en el monte aprovechan además el Centro de Interpretación de Ulía como punto de colaboración para desarrollar sus funciones con mayor eficacia.
En el poco más de un mes que lleva abierto el centro ha recibido ya casi 2.000 visitantes, “una buena cifra”, en palabras de Ohiana Orkolaga, su responsable. “Hay quien echa de menos algunos datos en la exposición, así que nuestro objetivo es ampliar la base que ya tenemos con fichas complementarias”, apostilla.
Para el próximo mes de octubre está previsto añadir un mural que recogerá la historia del monte.
En él se mostrarán las atalayas para el avistamiento de ballenas del siglo XVI o las canteras que se establecieron sobre la superficie de Ulía, así como el transbordador aéreo que se inauguró en el monte durante la Belle Époque.

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