Los incendios no terminan una vez extinguidos. Sus efectos se sienten
durante décadas y sus daños se cifran por millones. El Ministerio de
Medio Ambiente ha elaborado un informe sobre los incendios de Cortes de Pallás y Andilla
del pasado junio según el cual solo a corto plazo para estabilizar el
suelo habrá que invertir 76,873 millones de euros. Además, a largo plazo
y para recuperar el ecosistema hará falta una inversión de 37,42
millones.
La estimación figura en “la solicitud de activación del Fondo de
solidaridad de la UE” en atención a la catástrofe en los sectores
competencia del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente”. El
departamento que dirige Miguel Arias Cañete ha pedido 98 millones a ese
fondo, creado en 2002 durante las inundaciones de Centroeuropa. El
ministerio también prevé pedir esta compensación para el incendio de La
Gomera, en Canarias.
El texto señala que solo la quema de pastos y forrajes y la pérdida
de ganado asciende a 432.983 euros. El perjuicio a las explotaciones
agrícolas (1.452 hectáreas de naranjo, olivo, uva, algarrobo y caqui
afectadas) suma 785.357 euros. A eso hay que sumar las 14,456,92
hectáreas de arbolado afectadas por el fuego en el incendio de Andilla y
las 4.306 en Cortes de Pallás. Lo más afectado son superficies de
pinares, que suman más de 13.000 hectáreas.
El informe destaca las prioridades para actuar en las zonas quemadas.
“Las actuaciones de restauración forestal y medioambiental, deben
dirigirse en primera instancia a defender y fijar los suelos en laderas
de fuertes pendientes mitigando además el aporte de caudales sólidos
consecuencia de la ausencia de una adecuada cubierta vegetal,
prácticamente desaparecida como consecuencia del fuego, en la retirada
de la madera quemada por el incendio y, si fuera necesario, en la mejora
de vías de acceso”. Es decir, que no hay que pensar en una repoblación
sino en estabiliar el suelo para que, por ejemplo, un gran episodio de
lluvia arrastre los nutrientes.
Lo urgente es evitar “pérdidas de suelo, aparición de plagas,
desaparición de pequeños enclavados sin quemar, etc. Conseguir reactivar
los flujos biogeoquímicos del ecosistema colapsado y apoyar los
procesos de regeneración”, para lo cual serán necesarios esos 76,873
millones de euros.
A largo plazo, el informe señala que el objetivo es “la regeneración
del paisaje, mediante la obtención de ecosistemas con mayor resistencia a
los riesgos existentes y al proceso de cambio global existente”, así
como favorecer “una recuperación más eficiente en situaciones de colapso
como la de un incendio forestal”.
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