Chuson-Ji es
el más famoso de los cinco centros que conforman HiraiZumi, el complejo
de de templos y jardines considerado Patrimonio de la Humanidad
ECOticias.
Toshiba acaba de terminar la instalación del nuevo sistema de
iluminación que ha donado al Templo de Chuson-Ji, un santuario budista
del siglo XII de Japón, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO. La nueva iluminación se compone de lámparas y luminarias LED y
placas de sol fotovoltaicas, como fuente de energía, todo ello basado
en tecnología Toshiba.
Chuson-Ji es el más famoso de los cinco centros que conforman
HiraiZumi, el complejo de de templos y jardines considerado Patrimonio
de la Humanidad y que fueron construidos como representación terrenal de
la Tierra Pura Budista o Nirvana. Se le conoce por el sobrenombre de
Konjikido o “Templo Dorado”, y está considerado uno de los edificios más
bellos y mejor decorados del mundo.
La filosofía bajo la cual fue construido el Templo del Oro es la
búsqueda de una vida en paz y armonía con la naturaleza. Esto se traduce
en un edificio que transmite una imagen y sensación de serenidad y
espiritualidad. Algo que el proyecto que ha llevado a cabo Toshiba ha
respetado al máximo.
En Chuson-Ji se ha instalado un sistema fotovoltaico de 5 Kw que
ofrece energía suficiente para el consumo del nuevo sistema de
iluminación LED. Está colocado en el techo de la tienda de souvenir para
evitar cualquier impacto en la belleza visual del templo. El uso de
energía renovable permite además respetar aún más esa filosofía de
armonía con la naturaleza que está en su origen. El mismo cuidado se ha
trasladado al diseño e instalación de las nuevas luces, ya que estas
debían respetar la importancia cultural e histórica del santuario.
Chuson-ji es un edificio de madera, del siglo XII, que presenta una
cubierta adornada de pan de oro e incrustaciones de madre perla, está
sostenido por pilares profusamente decorados de nacar y laca de oro y
plata. El templo alberga tres altares y en cada uno de ellos hay once
esculturas que representan a Buda y otras deidades budistas, menos en
uno que falta una de las 11.
El gran reto de los ingenieros de Tohiba encargados del proyecto fue
diseñar una iluminación que cumpliera tres requisitos: que no fuera
intrusiva con el entorno, que ofreciera la luz necesaria para iluminar
el monumento tanto interior como exteriormente, y que esta fuera capaz
de transmitir los colores de manera viva y natural, con calidad y
brillo, pero sin deslumbrar. Para ello se llevaron a cabo numerosos
estudios e investigaciones y muchas y variadas simulaciones. El
resultado es un sistema de iluminación acorde a las necesidades del
edificio y con un complementa la decoración y las estatuas; en el que
parece que la luz sale de los objetos no viene de fuera de ellos.
Chuson-Ji se encuentra en Tohoku, una de las regiones afectadas por
el terremoto de 2011 que todavía está en proceso de recuperación tras
la catástrofe. Toshiba ayuda a este proceso a través del plan “Toshiba
ASHITA”, dotado con casi cinco millones de euros y dirigido a apoyar
económicamente en todas las zonas afectadas proyectos para la creación
de empleo, la recuperación del tejido industrial y la reconstrucción de
las comunidades locales. La iluminación de este templo está pensada
atraer de nuevo el turismo a la región.
Konjikido es el segundo lugar protegido por la UNESCO que ha sido
iluminado con lo último en tecnología LED de Toshiba. La compañía se
encuentra ahora en la segunda fase de la instalación de un nuevo sistema
de iluminación LED para el Louvre, tras iluminar la Pirámide, las
pequeñas pirámides y la plaza de Napoleón. Para este año está previsto
que quede lista la nueva iluminación de la sala que alberga la Mona Lisa
y el llamado Salón Rojo.
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