Recientemente
Estados Unidos y Canadá firmaron un acuerdo para proteger y restaurar
los Grandes Lagos de la región, aunque para muchos ambientalistas y
ONG´s, “el Tratado se queda corto”.
ECOticias
Los Grandes Lagos son un grupo de cinco lagos en la frontera
entre los Estados Unidos y Canadá. Son el mayor grupo de lagos de agua
dulce en todo el mundo; son considerados también como mares cerrados.
Cubren un total de 244 160 km².
Recientemente Estados Unidos y Canadá firmaron un acuerdo para
proteger y restaurar los Grandes Lagos de la región, aunque para muchos
ambientalistas y ONG´s, “el Tratado se queda corto”.
“Si bien hay un montón de propuestas muy buenas, y nuevos temas
abordados, muchas demuestran que para quienes lo redactaron el tema es
totalmente desconocido”, dijo Gail Krantzberg, director del Centro de
Ingeniería y Política Pública en la Universidad de McMaster en Hamilton,
Ontario.
“Los procedimientos actuales, los programas, los métodos para la
aplicación del acuerdo no están realmente definidos”, manifestó.
Según el “Acuerdo de Calidad” para la protección de los Grandes
Lagos, firmado originalmente en 1972, ya establecía compromisos que no
fueron cumplidos en su totalidad por ambas partes.
Aunque los defensores apoyan el enfoque actualizado en temas como el
cambio climático y las especies invasoras, muchos dijeron que se debería
haber realizado consultas para abordar otros temas de importancia.
“Estábamos deseando objetivos reales como la eliminación del vertido
de aguas residuales, la restauración del hábitat , cosas de esa
naturaleza”, dijo John Jackson, director ejecutivo interino y director
del programa de Great Lakes United.
Las Agencias Federales de los EE.UU. y Canadá a cargo de la
renegociación del acuerdo fueron criticados por su falta de
transparencia y rendición de cuentas, dijo Krantzberg.
Los funcionarios tienen un historial de no informar de los avances de
las negociaciones, y muchas veces esas negociaciones se hicieron a
puerta cerrada, sin la participación de aquellos que se verían
afectados, dijeron los críticos.
Krantzberg y Jackson manifiestan que es necesario que las agencias
informen a la opinión pública para asegurar que sus planes son
desarrollados de manera eficiente.
“Nuestra frustración es que estos procesos de planificación pueden
tomar mucho tiempo y tenemos que actuar ahora”, “más responsabilidad
significaría atender las voces de la industria, agricultores, grupos
ambientales y otras comunidades”, agregó Jackson.
En las últimas cuatro décadas, el anterior acuerdo tuvo un papel
significativo en la detención de la contaminación por nutrientes y aguas
residuales, dijo Andrew Buchsbaum, co-presidente de la Coalición
Healing Our Waters, una asociación de organizaciones ambientales. Las
enmiendas introducidas en 1987 lograron revertir los niveles de
contaminantes tóxicos como el mercurio y los bifenilos policlorados.
Hubo gran avance en la expansión y mejoramiento de las plantas de
aguas residuales y la prohibición de los detergentes que contienen
fósforo que venían del acuerdo original, dijo Buchsbaum .
El nuevo enfoque sobre el cambio climático y las especies invasoras
son especialmente bienvenidos, ya que reflejan las nuevas realidades de
la región.
Avanzados métodos científicos que han mejorado nuestra comprensión de
la calidad del agua también se reflejan en el enfoque del acuerdo,
manifestó John Jackson.
El acuerdo también incluye planes para resolver problemas
relacionados con los ambientes cercanos a la costa, la biodiversidad, la
contaminación de las aguas subterráneas y la contaminación de
nutrientes, manifestó Gail Krantzberg.
El acuerdo renegociado se firmó en Washington, DC por el ministro
canadiense de Medio Ambiente Peter Kent y por los EE.UU la Directora de
la Agencia de Protección Ambiental, Lisa Jackson.
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