El Gobierno de Venezuela ha asegurado hoy que "no se encontró evidencia" de la supuesta matanza, el pasado 5 de julio, de decenas de indígenas yanomami al sureste del Estado Amazonas venezolano por parte de mineros ilegales brasileños —garimpeiros—.
Tres testigos relataron entonces que un helicóptero disparó e hizo explotar la choza circular —el shabono—
donde vivían alrededor de 80 indígenas yanomami de la comunidad
Irotatheri, en una zona fronteriza con Brasil en la que mineros ilegales
explotan desde hace al menos tres años dos minas de oro. Lo denunció la organización indígena Horonami, pero ni
las autoridades venezolanas ni las organizaciones indígenas habían
logrado hasta entonces verificar lo sucedido. El Ejecutivo de Hugo
Chávez ha anunciado este sábado que la responsable del Ministerio de Pueblos Indígenas, Nicia Maldonado, y otras autoridades estaban ya sobre el terreno. Después, Maldonado ha comunicado que "no se encontró evidencia de ninguna muerte o no se encontró evidencia de casa o shabono incendiada en estas comunidades señaladas como escenario de este supuesto crimen".
El ministro del Interior Tareck el Aissami señaló el viernes, por su
parte, que no se había encontrado ninguna "situación de violencia" en
las siete comunidades visitadas, pero precisó que quedaban dos comunidades más alejadas todavía por verificar.
Esta sería la matanza más cruenta de indígenas de la etnia yanomami
del Amazonas, pero no la primera. En 2008 murieron cinco indígenas en la
comunidad de Momoi, intoxicados por el mercurio que se utilizan los garimpeiros para la explotación del oro, que ha contaminado extensas los suelos y los ríos de la zona. En 1993, 16 fueron asesinados por mineros ilegales brasileños en la población de Haximú.
Venezuela suscribió el pasado mes de marzo un acuerdo ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos por el que se compromete a garantizar
la integridad del pueblo yanomami, además de hacer justicia en el caso
de la masacre de Haximú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario