La depuración de las aguas residuales de tres municipios del entorno del espacio protegido de Doñana
se ha atascado en los despachos. Las obras, prácticamente rematadas,
aguardan entre supuestas facturas pendientes y el pulso entre
Administraciones tras el viaje de ida y vuelta de las competencias sobre la cuenca del río Guadalquivir.
Pero no está claro dónde se ha producido el atasco. La Junta de
Andalucía sostiene que las obras de las dos depuradoras de
Almonte-Rociana y Bollullos Par del Condado que solucionarían el
problema están varadas en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
(CHG). El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, del
que depende la CHG, acusa al Gobierno andaluz de ser el responsable:
achaca el retraso en la puesta en marcha de este par de estaciones de
depuración a la deuda que mantiene la Junta con la empresa encargada de
las obras, Befesa.
Mientras, y con las plantas de depuración prácticamente
rematadas, las aguas residuales de Almonte, Bollullos Par del Condado y
Rociana del Condado siguen llegando al arroyo de El Partido, una de las
fuentes de Doñana. WWF sostiene que los desechos de las 40.000 personas
que residen en estas localidades onubenses se vierten sin tratar. Esta
organización ecologista ha presentado una queja ante la Comisión Europea
por incumplimiento de las directivas comunitarias sobre el tratamiento
de las aguas residuales urbanas. WWF ha remitido un informe sobre los
vertidos en la zona, que la organización difundió a principios de mes.
Este problema, recurrente en los últimos años, fue abordado en la
última reunión de la Comisión de Trabajo de Aguas del Consejo de
Participación de Doñana, celebrada el 5 de octubre en Hinojos. Lejos de
encontrarse una solución, Junta y Gobierno se dedicaron a lanzarse
dardos en forma de comunicados de prensa. "El retraso en la puesta en
marcha de estas depuradoras es un ejemplo de la nefasta gestión de la
Junta durante los tres años en los que asumió las competencias sobre la
gestión del río Guadalquivir", sostuvo el departamento de Miguel Arias
Cañete. Según el ministerio, la Junta "rechaza asumir el pago de dos
millones de euros que se deben al contratista, correspondientes a un
modificado que la empresa sí ha ejecutado".
El Gobierno andaluz, por su parte, rechaza esa deuda, ya que no
estaría "avalada por ningún informe técnico o expediente
administrativo". Según la consejería de Luis Planas, cuando en octubre
de 2011 el Gobierno andaluz devolvió las competencias del Guadalquivir,
tras la sentencia del Tribunal Constitucional, las obras de las dos
depuradoras "se encontraban a más del 95% de su ejecución". Este
departamento interpreta que solo falta "la electrificación de la
depuradora, cuyo coste ronda los 150.000 euros y que debe asumir el
Gobierno central".
La construcción de las depuradoras de Almonte-Rociana y Bollullos Par
del Condado fue adjudicada el 24 de julio de 2006 por el Ejecutivo
central. El coste previsto para la obra era de 10,2 millones de euros.
Retrasos
Julio de 2006. El Ministerio de Medio Ambiente adjudica a Befesa las obras de las depuradoras de aguas residuales de Almonte-Rociana y Bollullos Par del Condado. El presupuesto es de más de 10,2 millones de euros.Enero de 2009. La Junta de Andalucía asume las competencias sobre la cuenca del Guadalquivir y, por tanto, también estas obras. Las depuradoras están en ese momento, según el Gobierno andaluz, en un 35% de ejecución y hay importantes cambios respecto al proyecto inicial.
Abril de 2010. La Junta sostiene que las obras están al 80% y se terminarán antes de que acabe el año.
Octubre de 2011. El Estado recupera las competencias del Guadalquivir. Las obras están al 95%, pero, según el Gobierno, la Junta adeuda dos millones a la constructora.
Cuando la Junta recibió en enero de 2009 las competencias sobre la
cuenca del Guadalquivir las obras estaban al 35%, según Javier Serrano,
director general de Planificación y Gestión del Dominio Público
Hidráulico del Gobierno andaluz. "La obra ejecutada se parecía como un
huevo a una castaña a la prevista en el proyecto", sostiene Serrano, que
achaca el retraso a estos cambios imprevistos. "Había acuerdos verbales
que modificaron el proyecto", añade. La empresa Befesa ha preferido no
ofrecer a este periódico su versión.
"La obra está ya prácticamente rematada, pero administrativamente
está sin resolver", señala Serrano. El responsable de dominio público
hidráulico de la Consejería de Agricultura rechaza que existan deudas
con la sociedad encargada de la construcción. Serrano reconoce que había
cinco millones de euros pendientes, pero que se abonaron a Befesa con
el último plan de pago a proveedores. "Se ha pagado la totalidad de lo
ejecutado", insiste el responsable de aguas de la Junta.
El ministerio estima que, "en unos meses", las obras podrían estar
rematadas y que están trabajando en la "subrogación del contrato
correspondiente". La CHG alerta de que, al recuperar las competencias,
encontró "159 expedientes con información sesgada y de los que se
ocultan deudas contraídas con los contratistas".
El asunto de las deudas y obligaciones, ocultas o no, es más espinoso
de lo que podría parecer. Cuando el anterior Gobierno central, en manos
del PSOE, y la Junta de Andalucía decidieron que era imposible esquivar
la sentencia del Constitucional y que, por tanto, todas las
competencias debían volver al Estado, se aprobó la reversión a través de un real decreto.
En ese texto, fechado el 21 de octubre, se establece que la
Administración central asumiría "la totalidad de los derechos y
obligaciones a partir del día de la entrada en vigor de este real
decreto". Por si no quedara claro se añadía: "la Comunidad Autónoma de
Andalucía continuará siendo responsable de los derechos y de las
obligaciones, al igual que del pago de las deudas generadas por tales
contratos, con anterioridad a dicha fecha de entrada en vigor". En un
momento en el que las Administraciones miran por cada euro, esta
cláusula podría ser una nueva fuente de enfrentamiento entre la Junta y
el Gobierno central.
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