Así lo ha
indicado a Europa Press el investigador del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y presidente de la Fundación Migres,
Miguel Ferrer
ECOticias.
La recuperación de poblaciones de águila pescadora y águila
imperial en puntos de las provincias de Huelva y Cádiz a través de la
reintroducción de ejemplares en diversos puntos geográficos de la región
ha sido considerado como un ejemplo de "éxito" por la comunidad
internacional de expertos en recuperación de biodiversidad que esta
semana llevan a cabo un 'workshop' en la sede de la Universidad
Internacional de Andalucía en Baeza (Jaén).
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"No es un instrumento nuevo, pero se usa cada vez más, y se
seguirá haciendo, debido a las rápidas modificaciones establecidas por
el cambio climático", ha subrayado Ferrer, incidiendo en que esta
herramienta "ha aumentado mucho su frecuencia" y considerando que la
misma ofrece "un mensaje muy positivo, puesto que no se trata de
intentar conservar la última población, sino de recuperar biodiversidad
mediante la reintroducción", algo "positivo y proactivo".
Básicamente, se trata de recuperar poblaciones perdidas mediante
el aumento del área de distribución, teniendo en cuenta que la capacidad
de supervivencia y, por tanto, la tasa de extinción depende, entre
otros muchos factores, del reparto geográfico de colonias, dado que,
como es lógico, "las poblaciones de pequeño tamaño son las que más
posibilidades tienen de desaparecer".
Así, al margen del águila imperial, en un proyecto que comenzó en
2002, y el águila pescadora, iniciado en 2003 --en la cual se ha logrado
el asentamiento de una población reproductora estable de esta especie
en Andalucía, de donde se encontraba extinguida como tal desde los años
60 del pasado siglo, con modelos de simulación que indican que ya existe
una población "en crecimiento y autosuficiente", a falta de establecer
un seguimiento--, el presidente de la Fundación Migres ha indicado que
algunos aspectos del sistema son de carácter general y, por tanto,
aplicables no sólo a aves, sino a mamíferos e incluso plantas.
Ferrer ha aludido a proyectos en España en los que se trabaja con
ejemplares de buitres negros, quebrantahuesos (Picos de Europa), águilas
perdiceras (Baleares) y linces, con los que se trabaja en su
reintroducción en zonas del Sur del país.
RESULTADOS "MUY DISPARES"
Según explicó ya la Fundación Migres, las políticas de
conservación clásicas de creación de áreas protegidas y de protección de
especies no son suficientes para frenar el ritmo actual de pérdida de
biodiversidad. Por esta razón, ante la necesidad de "afrontar la actual
crisis de biodiversidad y restaurar el equilibrio biológico global, los
programas de conservación ex situ son la herramienta idónea para
recuperar la biodiversidad perdida en un área determinada".
Al respecto, la fundación ha señalado que a partir de la década de
los años 70 del pasado siglo comenzaron a desarrollarse métodos y
técnicas para la recuperación de poblaciones y especies. Posteriormente,
se produjo un incremento y generalización de programas de
reintroducción de especies amenazadas, pero los numerosos proyectos
realizados tuvieron resultados muy dispares, poniéndose de relieve que
"uno de los aspectos básicos para garantizar el éxito del proyecto
residía en la imprescindible cooperación entre científicos y gestores
políticos".
Los fines que se persiguen al restablecer una población se centran
en facilitar la supervivencia a largo plazo de una especie, restablecer
una especie clave de un ecosistema, mantener y restaurar la
biodiversidad perdida, proporcionar beneficios económicos duraderos a la
economía nacional y local y promover en la sociedad la conciencia de
conservación de la biodiversidad de especies y ecosistemas.
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