Los 900 trabajadores que levantan la polémica represa
de Belo Monte en la selva amazónica de Brasil retomaron hoy las obras
tras una protesta de indios y pescadores que las mantuvo paralizadas
durante diez días.
El consorcio de constructoras Norte Energía informó que ha aceptado
las reivindicaciones que los manifestantes plantearon en una asamblea,
que se prolongó de lunes a miércoles con la mediación del gobierno.
Los manifestantes abandonaron el sitio Pimental, principal lugar de
las obras a orillas del río Xingú, en el estado de Pará, entre la noche
del miércoles y la mañana de hoy, según un comunicado de Norte Energía.
Los pescadores y campesinos demandaban que Norte Energía les ofrezca
alternativas de trabajo porque creen que la represa afectará a la pesca
en la región, mientras que los indios, con los que se alcanzó un acuerdo
el lunes, pedían la construcción de escuelas y centros de salud.
Norte Energía aseguró que el cronograma de las obras no va a sufrir modificaciones a pesar de esta protesta.
Belo Monte, que tendrá una potencia máxima de 11.233 megavatios
cuando sea concluida, ha motivado numerosas manifestaciones de las
comunidades ribereñas, que denuncian que la represa tendrá un gran
impacto en la selva amazónica.
Ademas se han presentado denuncias ante la Justicia por supuestas
irregularidades en la concesión de los permisos ambientales concedidos
por el Gobierno brasileño, principal impulsor de la obra.
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