Grupos conservacionistas pidieron hoy en Bangkok sanciones contra los países implicados en el comercio ilegal de marfil, que se triplicó en la última década e hizo que se doblara la cifra de muertes de elefantes abatidos por furtivos, según un nuevo estudio.
El informe, presentado durante la Convención sobre el Comercio
Internacional de Fauna y Flora (CITES), atribuyó esta mortalidad al
aumento de la demanda de marfil en Asia, que cuenta con los dos mayores
mercados mundiales, China y Tailandia.
Según el documento "Elefantes en el polvo, la crisis del elefante africano",
el aumento de la caza furtiva y la pérdida de su hábitat amenaza la
supervivencia de las poblaciones de elefantes africanos que "se
enfrentan a la peor crisis de conservación" desde que el CITES prohibió
la comercialización de su marfil en 1989.
La organización TRAFFIC,
que participó en la investigación, alertó de un "rápido aumento" del
tráfico ilegal y de la cantidad de incautaciones desde 2007, que
coincidió con el incremento de la caza furtiva.
"Este sólo puede
ser el trabajo del crimen organizado", dijo el experto de TRAFFIC Tom
Milliken, quien propuso sanciones contra los países más involucrados en
el comercio ilegal de marfil, como la prohibición de sus exportaciones
de productos animales regulados por la CITES.
El secretariado de CITES identificó como principales causantes
de esta situación a un grupo de ocho países formado por Uganda, Tanzania
y Kenia, como exportadores; Filipinas, Malasia y Vietnam, como lugares
de tránsito; y China y Tailandia, principales mercados de destino.
"Estamos
trabajando con estos países para que cada uno implemente una serie de
medidas que les hemos propuesto. Lo que esperamos es que cumplan estas
medidas", dijo el jefe de la unidad de apoyo de la Secretaría de la
CITES, Ben Janse van Rensburg, quien no descartó las sanciones.
Tailandia se compromete
urante
la inauguración de la convención, la primera ministra de Tailandia,
Yingluck Shinawatra, anunció que su gobierno introducirá cambios legales
para prohibir el tráfico ilegal de marfil en Tailandia, donde sólo está
autorizado el comercio del obtenido de elefantes del país.
"Tenemos
un compromiso público (de Tailandia) pero queremos ver que lo aplican",
insistió Van Rensburg que, entre otras medidas, pide al país asiático
que garantice el origen legal del marfil y resuelva los vacíos legales
que grupos organizados aprovechan para introducir marfil procedente de
la caza furtiva en África. EFEverde
No hay comentarios:
Publicar un comentario