La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó hoy del peligro que corren los bosques del Mediterráneo y pidió el apoyo de los países de la zona para promover un objetivo de "deforestación ilegal cero" con motivo del Día Internacional de los Bosques fijado por las Naciones Unidas (ONU).
"En muchos países, la deforestación ilegal degrada los
ecosistemas, reduciendo la disponibilidad de agua y limitando el
suministro de leña, todo lo cual disminuye la seguridad alimentaria,
especialmente para los pobres", argumentó el director de la FAO, José Graziano Da Silva.
Por
esa razón, según Graziano Da Silva, la FAO pretende alentar a los
países a llevar a cabo dos objetivos antes del 2015: en primer lugar,
promover la plantación de árboles y, en segundo lugar, considerar un
objetivo de "deforestación ilegal cero", señaló en una nota.
Según
el director del organismo subsidiario de Naciones Unidas, si se
vinculan ambos objetivos y se produce una colaboración entre los
Estados, las instituciones financieras internacionales, la sociedad
civil y la ONU, se pueden producir cambios significativos.
Peligros: cambio climático y demografía
La
FAO alertó además de que el cambio climático y el crecimiento
demográfico pueden poner en serio peligro a los bosques del
Mediterráneo, una previsión incluida en el primer informe sobre el Estado de los Bosques del Mediterráneo presentado hoy por el organismo.
Una
región afectada por grandes cambios sociales en el último siglo, en el
que la temperatura del mar creció un grado y las precipitaciones
disminuyeron un 20 %, mientras que a finales de este siglo se prevé que
la temperatura haya ascendido dos grados más.
Graziano Da Silva
pidió que se aborden diferentes estrategias para proteger a la región
mediterránea, uno de los puntos más importantes de biodiversidad del
planeta, donde coexisten 25.000 especies de plantas frente, por ejemplo,
a las cerca de 6.000 del centro y norte de América.
En este
sentido, el organismo internacional propuso a gobiernos y silvicultores
promover las especies forestales más capaces de adaptarse a las
condiciones climáticas cambiantes, mejorar la planificación forestal
para gestionar estos ecosistemas con la densidad óptima de árboles,
hacer frente a la escasez de agua y hacer frente al riesgo de incendios.
Entre
los años 2006 y 2010, alrededor de dos millones de hectáreas de bosque
se vieron afectadas por los incendios en la región mediterránea.
EFEverde
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