En las inundaciones que hace un mes sufrió Filipinas, el río Pasig se desbordó a su paso por Manila, pero un afluente, cuyo fondo y desagües es limpiado a diario por un grupo de voluntarios como parte de un proyecto piloto, consiguió mantenerse en su cauce.
Los autodenominados "Guerreros del Río" se
encargan desde hace dos años del saneamiento del Estero de Paco, un
canal en el que hubo gran actividad pesquera y comercial a principios
del siglo XX y que con el paso del tiempo fue abandonado hasta
convertirse en un enorme vertedero.
Los voluntarios tienen una doble labor de limpieza y educación, pues casi cada día se encuentran con algún residente que se empeña en continuar tirando la basura al río, como sucede en cualquier otra comunidad de chabolas de la capital filipina.
Pero desde que empezaron a
limpiarlo en 2010, este afluente del Pasig ha recuperado gran parte de
su antiguo esplendor, gracias a un proyecto de rehabilitación financiado
por el Banco Asiático de Desarrollo y varias fundaciones locales.
Pese a los esfuerzos, todavía hay quien tira basura
Los voluntarios tienen una doble labor de limpieza y educación, pues casi cada día se encuentran con algún residente que se empeña en continuar tirando la basura al río, como sucede en cualquier otra comunidad de chabolas de la capital filipina.
"Es muy difícil
convencer a los vecinos para que dejen de hacer eso. Muchos nos insultan
y no aprecian lo que estamos haciendo por mantener limpio el lugar,
indica a Efe Mike Brusola, un miembro de los "Guerreros del Río".
Para los chabolistas es una costumbre
Brusola
explica que la mayoría de los chabolistas llevan toda la vida tirando
sus residuos al río y que no son conscientes de que esa costumbre
bloquea los desagües y provoca que la zona se inunde con cada aguacero.
Otros vecinos agradecen la labor de los voluntarios.
"El barrio ha cambiado mucho. Antes había basura por todos lados y olía tan mal que teníamos que cerrar las ventanas. Pero ahora podemos respirar aire limpio", comenta Jeannette Palomar, una ama de casa con siete hijos.
"El barrio ha cambiado mucho. Antes había basura por todos lados y olía tan mal que teníamos que cerrar las ventanas. Pero ahora podemos respirar aire limpio", comenta Jeannette Palomar, una ama de casa con siete hijos.
Se ha reducido el riesgo de inundaciones
Y por si esto no fuera suficiente, el proyecto ha reducido el riesgo de inundaciones.
La
mujer recuerda cómo cuando la tormenta tropical "Ketsana" arrasó Manila
en 2009, el agua alcanzó el segundo piso de sus casas, pero hace un
mes, apenas se notó a pesar de los aguaceros que causaron una riadas que
dejaron unos 200 muertos y transformaron la capital de Filipinas en una
colosal charca.
"Realmente hay una gran diferencia en cuanto a
las inundaciones. Las lluvias de agosto fueron aún mayores que las de
Ketsana, pero el canal ni siquiera se desbordó," señala Faizza Tanggal,
portavoz de la Fundación ABS-CBN, que preside el proyecto para
rehabilitar el río Pasig.
Esto no significa que el lugar no se vaya a inundar jamás, insiste Tanggal.
"Por supuesto que habrá inundaciones. Pero el agua podrá ser desalojada, y habrá tiempo suficiente para evacuar a los vecinos", puntualiza.
"Por supuesto que habrá inundaciones. Pero el agua podrá ser desalojada, y habrá tiempo suficiente para evacuar a los vecinos", puntualiza.
Se pretende que el río vuelva a ser navegable
Además
de este aspecto, el proyecto de limpieza del Estero de Paco contempla,
asimismo, volver a convertir el río en navegable a lo largo de todo su
cauce, como lo era en la época colonial primero española y luego
estadounidense.
También quiere ser un programa piloto a imitar en
otras comunidades de chabolas situadas en las orillas del río en
Manila, como por ejemplo en Marikina, que suele ser el primer distrito
en inundarse cada vez que hay tormenta.
Las autoridades
municipales han tomado buena nota de medidas como la de obligar a los
chabolistas a levantar sus casas a una distancia mínima de tres metros
de la orilla o crear determinados "espacios verdes" donde está prohibido
construir viviendas.
Tanggal cree que es posible reeditar con
éxito el mismo plan en Marikina y otras áreas, particularmente las más
propensas a corrimientos de tierra como el que sepultó a siete miembros
de la misma familia el mes pasado en una barriada pobre de Quezon City.
"Está claro que esto funciona. Ahora tenemos que esperar a que otros
alcaldes nos permitan extender el proyecto a sus ciudades y consigamos
más fondos." EFEverde
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