Los soldados australianos se unieron a las tareas de limpieza en la ciudad de Bundaberg, la más afectada por las recientes inundaciones en el noreste del país, mientras hoy continúa la búsqueda de dos personas desaparecidas.
Se teme que la cifra de muertos, que es hasta el momento de
cuatro, se eleve a pesar de que ya pasó lo peor de estas inundaciones,
causadas por la tormenta tropical Oswald en el noreste de Australia.
El
nivel de las aguas ya comenzó a descender en el estado nororiental de
Queensland, pero los miles de residentes aún deberán esperar un tiempo
más para poder retornar a sus viviendas, según la cadena australiana
ABC.
En Brisbane, la capital de Queensland, está a punto de
escasear el agua potable y en otras localidades que quedaron aisladas
comienza a faltar las provisiones esenciales.
Aunque se desconoce
el monto total de las pérdidas causadas por las inundaciones, Judy
Shepherd, representante de la Asociación de Cultivadores de Fruta,
considera que éstas son "millonarias" y "catastróficas" en el sector de
los cítricos en Queensland.
Daños en la agricultura
Los
daños causados por las inundaciones en los cultivos de críticos de la
región de Burnett, en Queensland tendrá un impacto en el mercado
interior, ya que supone el 50 por ciento de los limones y el 60 por
ciento de las mandarinas que se consumen en el país, informó la agencia
local AAP.
Según el Consejo de Aseguradoras de Australia informó,
las reclamaciones presentadas hasta la fecha por los daños causados por
las inundaciones en Queensland ascienden a unos 75 millones de dólares
(55,8 millones de euros).
Aunque se prevé un aumento de esa cifra,
los daños no superarán a los 2.504 millones de dólares (1.862 millones
de euros) provocados por las inundaciones que afectaron Queensland en
2011, las peores del país, en las que murieron 35 personas. EFEverde
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