La contaminación en Pekín volvió hoy a superar los peores niveles de alerta, lo que motivó la petición a los ciudadanos de que no salgan a la calle y la paralización de más de un centenar de fábricas, entre otras medidas de urgencia.
Decenas de vuelos, nacionales e internacionales, han quedado
cancelados debido a la escasa visibilidad -inferior a los 500 metros- y
las autoridades han puesto en marcha medidas como la inmovilización del
30 por ciento de los vehículos oficiales o la clausura de 103 fábricas
altamente contaminantes.
Según informó la agencia estatal Xinhua,
las autoridades municipales celebraron hoy una reunión para abordar "las
tareas de urgencia encaminadas a controlar la fuerte contaminación del
aire".
La página del Centro Municipal de Supervisión del
Medioambiente de Pekín mostraba hoy una concentración de 393 microgramos
de partículas PM2,5 por metro cúbico de aire, con un diámetro inferior a
las 2,5 micras y que por su tamaño pueden llegar a los pulmones o la
sangre.
Los medidores instalados en la Embajada estadounidense en
Pekín detectaban, por su parte, a las 18.00 hora local (10.00 GMT) una
concentración de 411 microgramos por metro cúbico, un nivel que supera
en veinte veces el máximo que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
considera aceptable.
Horas antes, los medidores estadounidenses
llegaron a dar una lectura de 517 microgramos, en un índice donde 500
está considerado el peor nivel posible.
El nuevo alcalde de Pekín, Wang Anshun, nombrado el lunes, ha prometido hacer de la cuestión medioambiental su gran prioridad.
Críticas en los medios de comunicación estatales
La
contaminación se ha convertido en una importante fuente de descontento
ciudadano y ha recibido unas críticas sin precedentes en los medios de
comunicación estatales.
Se trata de la cuarta fuerte subida de los
niveles de polución en Pekín este mes, después de que el pasado día 12
la capital china viviera la peor jornada de contaminación de su
historia, cuando la concentración de partículas alcanzó los 993
microgramos por metro cúbico de aire, o cuarenta veces el máximo
recomendado por la OMS.
Desde entonces, Pekín ha anunciado nuevas
medidas, como la retirada de la circulación de 180.000 vehículos
obsoletos, y se ha comprometido a reducir en un 2 por ciento anual las
emisiones contaminantes.
La polución en la capital china proviene
del alto número de vehículos en circulación, el consumo de carbón -una
de las fuentes de energía más contaminantes- y las emisiones de las
numerosas fábricas en su suelo y las provincias aledañas.
Precisamente,
los expertos subrayan que buena parte de la polución de la capital
procede de la industria pesada instalada en las provincias circundantes,
por lo que sin acciones conjuntas las medidas que adopte la
municipalidad tendrán un efecto limitado.
Otros abogan por adoptar medidas más drásticas, como prohibir circular a los vehículos particulares en días de alta polución.
Por una ley de Aire Limpio
A
este respecto, el inversor inmobiliario Pan Shiyi, muy célebre en
China, lanzó hoy un llamamiento en su microblog -que cuenta con 14
millones de seguidores- para la aprobación de una Ley del Aire Limpio en
las instituciones municipales. Pocas horas después, ya había conseguido
el respaldo de decenas de miles de internautas.
Entre las
sugerencias sobre lo que la ley debería contener, los seguidores de Pan
proponen mayores restricciones a las emisiones industriales, "días sin
automóviles" cuando la contaminación sea excesivamente alta o
reglamentos más duros sobre la calidad de los combustibles.
El
viceprimer ministro chino, Li Keqiang, de quien se espera que en marzo
se convierta en el nuevo jefe de Gobierno, advirtió este mes de que
resolver el problema llevará "un largo tiempo". EFEverde
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