La ONG 
británica Oxfam solicitó hoy a la comunidad internacional que deje de 
subsidiar la producción de biocarburantes en los países del norte, 
porque no combaten el cambio climático y usan mucha tierra que podría 
destinarse a cultivos.
    
   
  
  
  
  
           
             
           
         
     
     
 "Los biocarburantes que se producen en el norte, por ejemplo 
los de maíz en Estados Unidos, son totalmente perjudiciales. Porque para
 producirlo se necesita tanta energía que al final no se reducen 
emisiones y no se colabora en la lucha contra el cambio climático", dijo
 Barbara Stocking, directora ejecutiva de Oxfam.
"Los biocarburantes que se producen en el norte, por ejemplo 
los de maíz en Estados Unidos, son totalmente perjudiciales. Porque para
 producirlo se necesita tanta energía que al final no se reducen 
emisiones y no se colabora en la lucha contra el cambio climático", dijo
 Barbara Stocking, directora ejecutiva de Oxfam.
"No hablo de los 
de caña de azúcar en el sur, que provienen de un producto ya usado y que
 se benefician de la energía limpia de los rayos del sol", agregó.
"Además,
 esos cultivos usan mucha tierra que podría utilizarse para cultivar 
alimentos. Se sabe que un 30 % del aumento de los precios en los últimos
 años se debió a los biocarburantes".
"Por todo ello, pedimos 
encarecidamente que se suspendan todos los subsidios a esos cultivos que
 distorsionan el mercado y contaminan", concluyó Stocking.
La 
activista participó de una mesa redonda titulada "La ecuación de la 
seguridad alimentaria", que formó parte del programa oficial del Foro 
Económico de Davos, el encuentro anual de altos ejecutivos de las 
mayores compañías del mundo y representantes gubernamentales que 
anualmente se reúnen en la estación alpina homónima.
Durante su 
intervención, Stocking también se refirió al controvertido tema de la 
compra de tierras en los países en desarrollo, que en muchos casos se 
hace sin el consentimiento y sin la compensación adecuada para sus 
propietarios originarios.
Coacción
"Yo
 no estoy en contra por principio. Pero tiene que quedar claro que no es
 una transacción económica basada en el mercado como en los países 
desarrollados. En muchos casos se presiona a los propietarios, se les 
coacciona, o simplemente se les mata, como ha ocurrido en Guatemala o 
Camboya".
"Es necesario un control y una regulación gubernamental 
para que las transacciones sean justas, con conocimiento, y 
compensación. Porque además, está el tema no desdeñable del acceso al 
agua. Y quien compra tierra, también obtiene al privilegio del acceso a 
las fuentes de agua", agregó.
En el panel también participó el 
ministro de Agricultura de Nigeria, Akinwumi Ayodeji Adesina, quien 
confesó que sólo el 10 % de la tierra en Nigeria "se cultiva 
correctamente".
"Necesitamos mejorar ese tema, así como el 
problema de no tener suficiente capacidad de procesado. Por ejemplo, 
somos el país que más tomates producimos de toda África Occidental, pero
 entre el 30 y el 40 % se desperdicia porque no tenemos como procesarlo 
ni tampoco lo consumimos", explicó Adesina.
Una dificultad que 
también detectó Stocking, quien definió el acceso a la cadena de 
producción como uno de los temas clave para mejorar la vida de los 
agricultores en todo el mundo.
Tanto el ministro como la activista
 destacaron la necesidad de poner la tecnología a disposición de los 
agricultores, tanto en lo que se refiere al cultivo en si mismo 
(fertilizantes, semillas) como para entrar en la necesaria cadena de 
producción.
Y entre todas, destacaron la importancia crucial de las tecnologías de la información, especialmente los teléfonos móviles.
"Entregad
 un teléfono móvil a cada mujer en el mundo rural y veremos los enormes 
beneficios. Pero que sea rosa para que los hombres no se los quiten", 
concluyó Stocking. EFE
 

 
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