En un silo que queda en pie un cartel blanco reza Atención,
justo encima de una apertura por la que sale una sustancia negra que se
esparce por el suelo. Del solar que ocupaba la antigua fábrica Massó y
Carol, en Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat) por fin se han
retirado más de 2.400 toneladas de residuos químicos que permanecían
abandonados desde que hace cuatro años cerró la factoría. Aun así,
todavía hay escombros, palés, silos en ruinas y oxidados, centenares de
recipientes de plástico y, además, elementos químicos. “Cuando se
realizó el inventario hay cosas que no se incluyeron porque no se
detectaron, como un depósito de gasoil sepultado o silos que almacenan
grasas”, explica el alcalde de Santa Coloma de Cervelló, Gerard Segú,
que asegura que está negociando para que esos elementos “no peligrosos”
se retiren durante el mes que viene. También han quedado aguas
estancadas.
La antigua fábrica Massó y Carol, dedicada desde 1993 a la
fabricación de bases para cosméticos y detergentes, desmanteló sus
instalaciones en 2007, dejando unos 6.500 bidones y envases con residuos
químicos. De los contenedores, desgastados, se habían derramado
sustancias que provocaron emanaciones, espumas, escapes y olores. Los
vecinos de Santa Coloma de Cervelló han pasado cuatro años temiendo por
su seguridad y quieren que la empresa se haga responsable. “Ha hecho
caso omiso a nuestras peticiones y a la Agencia de Residuos de Cataluña.
Estamos muy contentos, pero no podemos dejar que se vaya de rositas”,
comenta con indignación Luís, vecino del municipio.
En 2007, Massó y Carol se trasladó a Barbastro (Huesca) por las
ayudas que ofrecía el Gobierno aragonés y vendió los terrenos a la
inmobiliaria La Llave de Oro, que pretendía construir viviendas y
oficinas. La crisis aplazó el proyecto y nadie se hizo responsable de
los productos contaminantes que habían quedado en la fábrica. La zona se
encuentra cerca de los acuíferos del Llobregat, el tren, campos de
cultivo, una escuela y decenas de viviendas.
Desde 2008, la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) abrió expediente
sancionador y levantó cuatro actas de inspección a la química. El
Ayuntamiento fijó un calendario que la empresa no cumplió. En 2009, la
Agencia Catalana del Agua realizó un análisis del Llobregat y descubrió
que en algunos pozos se almacenaba agua contaminada que podía proceder
de la planta de residuos. A partir de aquí, la ARC impuso tres multas y
el expediente acabó en la fiscalía. En septiembre de 2009, la ARC
interpuso una denuncia contra Massó y Carol en el Juzgado de Instrucción
número 2 de Sant Boi de Llobregat por un presunto delito ecológico y de
desobediencia a la que se unió el Ayuntamiento. El caso está en fase de
instrucción.
La Llave de Oro también tenía responsabilidad como propietaria del
solar, pero la inmobiliaria no podía hacerse cargo de la limpieza,
valorada entre 1,4 y 2 millones de euros. Como la retirada de residuos
no es competencia municipal, el Ayuntamiento aprovechó la concesión de
una licencia a La Llave de Oro para condicionarla a la elaboración de un
inventario de residuos y retirarlos. El inventario se realizó y con él
un reacondicionamiento de todos los residuos, pero la retirada no
sucedió.
Según el informe de la ARC posterior al inventario, el almacenamiento
de residuos suponía un grave riesgo de contaminación del suelo y de las
aguas subterráneas y superficiales. Se detectaron hasta 41 tipos de
productos químicos que, si se inhalan o se consumen, pueden resultar
nocivos. También se halló amoniaco y ácido acético que pueden producir
quemaduras y dificultad al respirar u otros elementos como la naftalina
que son inflamables y explosivos. Como los residuos no se retiraban, los
vecinos crearon una plataforma de protesta.
En mayo de 2012, el Ayuntamiento acordó con los administradores
concursales de Massó y Carol, con La Llave de Oro y con la ARC la
retirada de los cientos de bidones de residuos, que se completó en
diciembre. Los residuos químicos serán tratados en la planta
incineradora de residuos especiales de Constantí para su valoración o
eliminación. Ahora solo queda saber los resultados del reconocimiento
del suelo para determinar si está contaminado y si los productos
químicos se han filtrado al subsuelo. Si así fuera, el solar sería
declarado oficialmente contaminado y la inmobiliaria no podría edificar
en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario