Solo 16 kilómetros en más de una década, el 20% de los 77 previstos en el plan final.
Es el balance de ejecución de la SE-40, la segunda autovía de
circunvalación de la capital andaluza, presupuestada en 1.446 millones
de euros y de los que se han invertido
unos 260. Los túneles que debían salvar el Guadalquivir están aplazados
y sin fecha y, de todo el proyecto, solo se ha aprobado recientemente
la terminación de las obras de un tramo de 8,14 kilómetros por 98,11
millones de euros sin IVA. En el camino, se queda una tierra rota por proyectos inacabados
y un modelo cuestionado. La Asociación de Defensa del Territorio del
Aljarafe (ADTA), la principal zona afectada, afirma que con mucho menos
dinero, ya estaría toda la comarca con un servicio de transporte
colectivo eficiente y más ecológico. Pero el daño ya está hecho.
La ministra de Fomento, Ana Pastor (PP), prometió al alcalde de
Sevilla, Juan Ignacio Zoido, de su mismo partido, que la autovía sería
una realidad y no virtual. Pero desde que comenzó el proyecto a
principios de la pasada década, la única realidad es que solo hay 16
kilómetros construidos y cientos de hectáreas desforestadas, con pasos
elevados construidos que van a ninguna parte y un valle con un deterioro
propio de una catástrofe natural.
El primer tramo abierto, de 10,16 kilómetros,
costó 108 millones de euros. El segundo, de 5,96 kilómetros, 79,93
millones. Hay que sumar los otros 98,11 millones aprobados hasta el
momento. Las obras ejecutadas unen la A-4 (Madrid-Cádiz) con la autovía
A-92 a la altura de Alcalá de Guadaíra (Sevilla-Almería). El segundo
tramo, que entró en servicio el pasado mes de febrero, conecta la A-92
con la autovía A-376, que une la capital andaluza con Utrera.
Sobre los
túneles bajo el río que debían dar continuidad a la carretera, el
Ministerio de Fomento ya confirmó en una respuesta parlamentaria a IU
que están aplazados y sin fecha. “Reprogramadas”, rezaba la
respuesta oficial para hacer referencia a que se abandonaba el proyecto
licitado en 2008 por 245 millones de euros.
En medidas correctoras se han invertido 4,5 millones de euros, pero
el daño es muy superior en opinión del presidente de la ADTA, Juan
Antonio Morales, quien además mantiene que la SE-40 es insostenible,
innecesaria y obsoleta, ya que no solucionará los problemas de movilidad
de la zona.
El trazado parte en dos la comarca del Aljarafe. Mientras la parte
interior del anillo queda integrado con la capital, la exterior queda
relegada a mantenerse como entorno rural.
Además, destruye el valle del Pudio, una cuenca de unas 8.000
hectáreas que drena casi toda la mitad oriental del Aljarafe y es una
zona fundamental para el equilibrio ecológico y la biodiversidad del
territorio.
También es cara. El presupuesto final previsto es ya más del triple
del calculado hace una década: 462 millones de euros. En ese momento, se
estimaba que el 66% del tráfico de esta infraestructura sería
procedente del interior del área metropolitana, por lo que es
cuestionable, en opinión de Morales, como infraestructura de la red
estatal y para una media de 275.000 viajes ajenos a la zona más cercana a
la capital.
En este sentido, la ADTA cree que si el principal tráfico va a ser
interno, no se justifica una infraestructura tan costosa frente a
modelos más avanzados de inversión en transporte público. “Con 1.000
millones, se llena de tranvías todo el área metropolitana [21 municipios
alrededor de la capital con 800.000 habitantes] y con menos, se
articula una red de carriles rápidos para autobús suficiente para dar
servicio a toda la población”, explica Juan Antonio Morales, exconcejal
de uno de los municipios afectados.
Como alternativa, este colectivo propone mejoras en la circunvalación
existente y en otras vías menores para articular y facilitar la
movilidad interna. El objetivo final sería reorientar la inversión
pública hacia el transporte colectivo y sostenible.

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