martes, 8 de enero de 2013

Los desequilibrios económicos y medioambientales invitan al pesimismo, según WEF

En la imagen, una persona sosteniendo en sus manos monedas de euro (izq) y monedas de franco suizo, en Zurich (Suiza). EFE/ArchivoLas desequilibrios económicos y fiscales y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero son los grandes riesgos globales que afronta el mundo en la próxima década, en un contexto que invita a ser más pesimistas que hace un año, según un informe publicado hoy por el Foro Económico Mundial (WEF).
El informe "Riesgos Globales 2013", que el WEF publica en vísperas de su cumbre anual de Davos (Suiza), recoge la opinión de un millar de expertos y líderes políticos, que coinciden en líneas generales en que las perspectivas económicas, sociales y económicas "son ligeramente más pesimistas en general" que en 2012.
Los encuestados reflejan su preocupación por el impacto de las crisis de deuda soberana como la que sufre la zona euro y por la falta de perspectivas positivas sobre el calentamiento global de la atmósfera a causa de la acción industrial del hombre.
En este sentido, consideran que el riesgo global cuya materialización es más probable en los próximos 10 años es una consolidación de "las graves diferencias de renta", mientras que el riesgo que tendría el mayor impacto en caso de materializarse sería "un fallo sistémico importante del sistema financiero".
Otros dos riesgos aparecen entre los cinco de mayor impacto y más probables: los desequilibrios fiscales crónicos y una crisis de abastecimiento de agua a causa del cambio climático.
"Estos riesgos globales son esencialmente una advertencia sobre la fortaleza de nuestros sistemas y servicios básicos. La capacidad de resistencia de las naciones frente a los riesgos globales tiene que ser una prioridad para que esos sistemas y servicios sigan funcionando si ocurre un evento grave", manifiesta Lee Howell, director del informe y director ejecutivo del WEF.
Axel P. Lehmann, director de riesgos de la aseguradora Zurich Insurance Group, pone como ejemplo "el creciente costo de fenómenos como la supertormenta Sandy", lo que en su opinión es una evidencia de "las enormes amenazas" que afrontan países insulares y costeros.
"La advertencia sobre la falta de soluciones a las emisiones de gases de efecto invernadero resulta evidente. Es hora de actuar", según Lehmann.
Los expertos hacen hincapié en el informe en que los graves riesgos socioeconómicos del último lustro "están desbaratando los esfuerzos por hacer frente a los retos del cambio climático".
"La comunidad internacional se muestra reacia a afrontar una amenaza a largo plazo como esta, a pesar de los recientes fenómenos meteorológicos extremos", se apunta en el informe, que aboga por "nuevos enfoques" e "inversiones estratégicas" para evitar las hipótesis más desfavorables para la economía y el medio ambiente.
"Dos tormentas, la ambiental y la económica, están en curso de colisión. Si no asignamos los recursos necesarios para mitigar el creciente riesgo de fenómenos meteorológicos extremos, la prosperidad mundial de las futuras generaciones podría verse amenazada", argumenta John Drzik, director ejecutivo de la consultora Oliver Wyman Group.
David Cole, director de riesgos del grupo asegurador Swiss Re, coincide en que "desgraciadamente, la lucha contra la crisis económica y la crisis del cambio climático ya no se considera una sola cosa, sino que se cree necesario elegir entre una o la otra".
"La idea de que no podemos encontrar soluciones para ambas ha ganado terreno", señala Cole.
El documento advierte también de la "complacencia" del sistema en el terreno médico por las grandes avances logrados en las últimas décadas y señala como uno de los riesgos principales "la creciente resistencia a los antibióticos", lo que "podría llevar a nuestros sistemas de salud (...) al borde del precipicio".
En su conjunto, el informe describe 50 riesgos globales, que agrupa en categorías económicas, ambientales, geopolíticas, sociales y tecnológicas, y los resultados reflejan que los encuestados jóvenes están más preocupados que los mayores y que las mujeres son más pesimistas sobre el futuro que los hombres.
El informe destaca igualmente los llamados "factores X": nuevas preocupaciones que requieren un mayor estudio, como el uso no ético de la geoingeniería y de las tecnologías que alteran el cerebro.

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