La Bahía de Guanabara, cuyas aguas bañan la zona norte
de Río de Janeiro y en las que se disputarán las competiciones de vela
en los Juegos Olímpicos de 2016, "está podrida" por la contaminación,
dijo en una entrevista a Efe el secretario regional de Medio Ambiente,
Carlos Minc.
"Desde hace 30 años la Bahía de Guanabara está podrida", afirmó el
responsable por el programa para descontaminar esta postal de la ciudad y
que en los próximos días dejará el cargo para reasumir su mandato como
diputado en la Asamblea Legislativa del estado de Río de Janeiro.
El funcionario se refirió así a la denuncia de las regatistas
olímpicas brasileñas Isabel Swan y Renata Decnop, compañeras en la clase
470, que dicen estar avergonzadas por el alto grado de contaminación de
las aguas por las que navegarán en los Olímpicos.
"Es una vergüenza salir a entrenar y que el barco se vaya chocando
con cajas de madera, neumáticos y bolsas de plástico", dijo a Efe Swan,
medalla de bronce en los Olímpicos de Pekín 2008. "A veces parece que
navegases por una cloaca", ironizó.
Minc, un exlíder verde en Brasil, ha sido uno de los artífices del
Plan de Descontaminación de la bahía, que ahora deja sin completar pero,
en su opinión, con importantes avances.
En los últimos siete años "hemos acabado con todos los vertederos que
depositaban estiércol en la bahía y que daban para llenar un (estadio)
Maracaná hasta el techo", afirmó el secretario.
El problema más acuciante ahora, dice, es el tratamiento de las aguas
residuales, aunque en ese aspecto asegura que también se han dado
pasos: "en los últimos 7 años hemos pasado de limpiar del 12 al 40 % de
las aguas negras".
"¿Una maravilla?", se pregunta. Y él mismo se responde: "de maravilla nada: aún queda el 60 %".
Las aguas residuales, según especialistas, son las causantes de buena parte de la contaminación de la Bahía de Guanabara.
La falta de servicios básicos, como alcantarillado o recogida de
basuras en las favelas próximas, convierte los ríos en depósitos de la
basura de 8,5 millones de personas que viven en las comunidades vecinas a
la bahía.
Para hacer frente a este problema, junto a las obras de canalización y
a las depuradoras, Minc apuesta por las llamadas Unidades de
Tratamiento de Río (UTR), plantas que limpian las aguas antes de que
desemboquen en la bahía.
"Vamos a inaugurar una en diciembre y otra más en agosto del próximo
año, con lo que se va a reducir un tercio la contaminación en la Bahía
de Guanabara", afirma el funcionario.
Pese a su renuncia como secretario, Minc se propone fiscalizar los
trabajos de recuperación desde la Comisión de Medio Ambiente de la
Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
"Es posible cumplir el compromiso político de sanear el 80 % de las
aguas de la bahía de aquí a 2016 al combinar los sistemas tradicionales
de descontaminación y los nuevos medios, como las UTR, las ecobarreras o
los ecobarcos", que recogen la basura flotante en el agua, afirma.
El compromiso fue asumido por el gobierno regional cuando el Comité
Olímpico Internacional escogió a Río de Janeiro como sede de los Juegos
Olímpicos de 2016.
Para Minc, ese compromiso tiene que ir más allá de los Olímpicos.
"Las Olimpiadas no son el inicio, ni el medio ni el final: son una
etapa. Queremos llegar a 2018 con el 80% de la Bahía de Guanabara
recuperada porque hay recursos y proyectos suficientes", afirmó.
Para el que fuera ministro de Medio Ambiente en el Gobierno del
presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la razón de la limpieza no son
sólo los Olímpicos sino salvar vidas.
"La primera causa de mortandad infantil en Brasil son las enfermedades producidas por la ingestión de agua contaminada", dijo.
Según Minc, tan importante como disponer de los medios para combatir
la contaminación es aumentar la conciencia medioambiental de los
brasileños, y esa, afirma, será otra de sus prioridades en la Asamblea.
"El saneamiento es la línea divisoria entre la civilización y la barbarie, concluye.
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