El Informe sobre Desarrollo Humano 2013
en Perú elaborado por la ONU documenta una paradoja: un país cuyos
habitantes tienen más de dinero en el bolsillo que en años anteriores,
pero con coberturas de salud y educación bajos y, un factor que alarma:
las actividades que generan ese dinero son por lo general depredadoras
del medio ambiente, sean legales o ilegales.
De acuerdo al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) el país andino es “altamente vulnerable a los impactos del
cambio climático en el mundo pues cumple cuatro de las cinco condiciones
para ello”, explica a EL PAÍS Francisco Santa Cruz, el encargado de la
unidad del informe que este año se llama Cambio climático y territorio: Desafíos y repuestas para un futuro sostenible.
Las condiciones son: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas,
zonas expuestas a inundaciones, sequías y desertificación y ecosistemas
montañosos frágiles.
“El informe opta por tratar el desarrollo humano desde la perspectiva
de su intersección con el clima y la forma en que la crisis climática, a
través de diversos mecanismos, descarga sus efectos sobre las personas,
grupos sociales y territorios”, señala el documento . Bolivia, Bután y
Somalia son otros países sobre los cuales la ONU ha preparado reportes
ligados al cambio climático, pero “en América Latina es el primer
informe orgánico sobre el tema”, precisa Santa Cruz.
El informe mide el desarrollo humano de acuerdo a una nueva fórmula
que incluye el ingreso nacional bruto per capita (que incluye remesas),
esperanza de vida, y logro educativo (alfabetismo de las personas de 15
años a más y escolaridad de los educandos actuales). Por ello el PNUD
sugiere no hacer comparaciones de rankings dado el cambio del cálculo.
Según el reporte, Perú
tiene un desarrollo humano alto: entre 1980 y 2012, la esperanza de
vida al nacer creció en 14.2 años; los años de escolaridad subieron en
3.2; y el ingreso nacional bruto aumentó en 60%, pero Santa Cruz refirió
que si se aíslan las variables de salud y educación, “el ranking
sería otro. El componente dominante no es salud ni educación, sino los
ingresos asociados a prácticas extractivas depredadoras, en las
provincias con mayor desarrollo humano el ingreso está vinculado a la
minería y otras actividades extractivas”.
Así, el desarrollo humano medido predominantemente por el incremento
de los ingresos esconde una pobreza futura, debido a las actividades que
causan deforestación, devastación de recursos y mayor vulnerabilidad
frente a los desastres naturales.
Con la nueva metodología, las dos provincias con el desarrollo humano
más alto en Perú son Ilo y Mariscal Nieto en Moguegua (costa sur) “por
los ingresos derivados de la refinación y explotación minera y la
educación acumulada de los adultos. La influencia minera puede verse en 6
de las 10 primeras provincias: además de Ilo y Mariscal Nieto, en Jorge
Basadre (4ª en Tacna), Tahuamanu y Tambopata (6ª y 10ª en Madre de
Dios, por la minería pluvial de oro, con alta informalidad”, advierte el
reporte.
El documento también destaca que de las provincias con un 50% de
mejora en el desarrollo humano, varias están en zonas selváticas de seis
departamentos. “La proporción de la selva es demasiado numerosa como
para que pueda ser calificada de casual, en este progreso se advierte la
presencia del cultivo, procesamiento y comercialización de la coca y de
la minería artesanal –en gran parte ilegal– como fuentes de recursos”,
agrega.
Perú: un planeta en pequeño
Francisco Santa Cruz alertó que el cambio climático está ya visible
en Perú. “Las lluvias demoran en llegar y cuando llegan son más intensas
y concentradas en el tiempo. Las enfermedades como el dengue y la
malaria se han disparado notablemente a partir de 2001-2002, y el vector
de crecimiento está condicionado a temperatura y humedad”.
“Hay un mayor desarrollo asociado a la actividad minera y los
espacios con menor desarrollo son las dedicadas a la agricultura de
sobrevivencia. En el contexto del cambio climático, cuando se han roto
los patrones climáticos, la agricultura de secano sujeta a la
variabilidad de las lluvias requerirá de políticas de apoyo del Estado”,
comentó.
El experto ha señalado que así como hay lluvias menos frecuentes y
sequías, cada vez hay más inundaciones en el país. “La Amazonía peruana
se convirtió en el último año en un emisor de carbono (debido a los
árboles inundados que liberan gases de efecto invernadero). Esta
dramática alteración del régimen ecológico en la Amazonía tiene impacto
en la alimentación de las comunidades”, acotó. Alertó, además, que el
Fenómeno El Niño, recurrente en el país, ocurrirá a futuro en medio de
mayor temperatura y humedad y tendrá consecuencias mayores. Por otro
lado, el país ha perdido casi el 40% de sus glaciares que eran una
fuente de agua importante: Perú alberga el 70% de los glaciares
tropicales del mundo, y la que era antes una ruta turística de deportes
de aventura, “es ahora la ruta del cambio climático”, anota el
representante del PNUD.
Por último, Santa Cruz describió el escenario de las provincias de la
sierra central, donde se registran los índices de desarrollo humano más
bajo: predomina la agricultura, la minería es muy intensa, y se
presentan a la vez deglaciación, nevadas y friajes. El informe afirma
que los eventos climáticos en el país desencadenan el 67% de los
desastres, y las poblaciones afectadas por estas tragedias demoran en
recuperar sus condiciones de vida anteriores.
Perú se alista a ser el anfitrión de la cumbre del cambio climático
en 2014, la COP 20, y deberá demostrar una estrategia nacional ante el
cambio climático si desea acceder a fondos globales para la gestión de
estos efectos, añadió James Leslie, asesor técnico en ecosistema del
PNUD.
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