PAMPLONA. Captación de fondos millonarios en las antípodas, magnates de
la industria extractiva a nivel planetario actuando en la sombra,
conexiones industriales y comerciales que viajan de Oceanía a
Asia y de Asia a Iberoamérica, expectativas de lucro en bolsa
que hablan de duplicar inversiones de millones de dólares en
un plazo de seis meses... Todo esto, por muy raro que parezca,
nos toca de cerca ya que es lo que en realidad parece esconderse
tras el polémico proyecto de la empresa salmantina Geoalcali
para reabrir la mina de potasa en la Sierra del Perdón e iniciar
una nueva explotación, denominada Proyecto Goyo, en las inmediaciones
de Javier.
Hasta ahora el tema se ha tratado en Navarra como una cuestión
local marcada por el enfrentamiento entre el Ejecutivo y la veintena
de entes locales de la cuenca de Erreniega que se oponen al proyecto,
pero quizá lo que esté en juego sea algo mucho más global.
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