lunes, 25 de noviembre de 2013

Las subespecies son más abundantes en las latitudes más altas

Los sorprendentes resultados de la investigación, patrocinada por el Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Carolina del Norte (NESCent), Estados Unidos
ECOticias.
Los trópicos albergan una mayor diversidad de especies, pero el número de subespecies, potenciales peldaños en el proceso por el cual una especie se convierte en dos, es en realidad más elevado en los entornos más exigentes propios de latitudes más altas, según concluye un estudio de 2.300 especies de mamíferos y cerca de 6.700 especies de aves de todo el mundo, publicado en 'Molecular Ecology'.
   Los sorprendentes resultados de la investigación, patrocinada por el Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Carolina del Norte (NESCent), Estados Unidos, sugieren que el gradiente latitudinal de diversidad puede deberse a un mayor potencial para la especiación contrarrestado por un mayor potencial de extinción hacia los polos que cerca del ecuador, según los autores.
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   Los científicos han sabido desde hace más de un siglo que la diversidad de especies aumenta hacia el ecuador. Las selvas tropicales, que albergan las dos terceras partes de las especies del mundo, está llenas de insectos zumbando, pájaros piando y monos aullando, en comparación con la gélida tundra, donde la vida se limita en gran medida a árboles dispersos y sólo una docena de especies de mamíferos, como los renos y los zorros.
   Se han propuesto numerosas hipótesis para explicar este patrón, como, por ejemplo, que las regiones tropicales albergan mayor diversidad biológica porque son tierras especialmente fértiles para la formación de nuevas especies, es decir, que son "cunas de diversidad". Otra idea es que los puntos calientes de biodiversidad son menos propensos a perder las especies que ya tienen.
   "Hay mucha controversia sobre qué explica el patrón global de la biodiversidad", afirmó el autor principal, Carlos Botero, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Estados Unidos. Botero y sus colegas reunieron un conjunto de datos de patrones climáticos y meteorológicos en todo el mundo y los combinaron con información genética de casi entre el 50 y el 70 por ciento de todos los mamíferos y las aves conocidas que viven hoy en día.
   El equipo se sorprendió al descubrir que mientras que el número de especies de aves y mamíferos aumenta más cerca del ecuador, el número de grupos genéticamente distintos dentro de cada especie, conocido como subespecies, es mayor en los entornos más exigentes propios de latitudes más altas. "Se trata de ambientes que son más fríos y secos y donde las diferencias entre los meses de más calor o frío son más extremas", explicó Botero.
   Es más probable que los animales que viven en estos entornos se congelen durante los inviernos fríos o mueran en los veranos calurosos. "Si los eventos climáticos extremos acaban con una población de vez en cuando, pero no terminan con toda una especie, las poblaciones que sobreviven se separarán geográficamente y podrán comenzar a diferenciarse unas de otras", argumentó Botero.
   Los resultados son consistentes con un estudio realizado en 2007 por investigadores de la Universidad de Columbia Británica, en Vancuver, Canadá, lo que sugiere que las especies surgen más rápido en las zonas templadas que en los trópicos, contrariamente a la sabiduría convencional. "Puede ser que las especies aparezcan y desaparezcan con mayor frecuencia en las zonas templadas", dijo Botero.

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