Ya sólo quedan dos ochomiles por hollar en invierno: K 2 y
Nanga Parbat, ambos en el Karakorum. Traducido al idioma particular del
alpinista Simone Moro, sólo existen dos formas de seguir haciendo
historia, de buscar la aventura en letras mayúsculas. Y Moro no quiere
perdérselas. El italiano, atleta de The North Face, recogió el testigo
de la tradición polaca para adjudicarse el Shisha Pangma en 2005, y el
Makalu en 2009, los dos últimos ochomiles de Nepal sin hollar en
invierno que aguardaban una visita de estas características. Puso, de
paso, el acento en una forma de himalayismo que había quedado olvidada,
por inhumana. Entonces, aún estaban inéditos los cinco ochomiles del Karakorum, hasta que en 2011, Moro, Urubko y Richards tumbaron el Gasherbrum II,
derrumbando un mito de inaccesibilidad. No en vano el invierno en
Pakistán es mucho más severo que en Nepal. Tras ellos, llegaron de nuevo
los polacos retomando su increíble tradición y hollando en invierno el
Gasherbrum I y el Broad Peak. En apenas dos años cayeron montañas que
décadas de esfuerzos no habían logrado descerrajar. En esta ocasión,
Moro viajará acompañado de su compatriota Emilio Previtali, alpinista,
fotógrafo y esquiador extremo y del alemán David Göttler, alpinista y
Guía de Alta Montaña. “Iré en invierno. Otra vez. Sí, en invierno. Solo
porque es mi sueño. Solo porque la exploración no acaba nunca”,
explicaba el jueves el italiano en una rueda de prensa organizada en
Munich previa a su salida hacia el Karakorum en diciembre.
“Iré en invierno. Otra vez. Sí, en invierno. Solo porque es mi sueño. Solo porque la exploración no acaba nunca”


Puede decirse que existe una suerte de carrera por adjudicarse ésta
montaña y su vecina, el K 2. Los polacos Tomasz Mackiewicz y Marek
Klonowski regresan por cuarto invierno seguido a sus pies, empeñados en
no dejar pasar la ocasión definitiva, en dar con las condiciones más
clementes dentro de una estancia que preven infernal.
Con todo, el pasado verano conoció el verdadero infierno en el campo
base de su vertiente Diamir. El terrorismo talibán irrumpió entre las
tiendas, asesinando a 11 personas, entre alpinistas de diferentes países
y trabajadores locales. Esa noche, la inmensa mayoría de los
expedicionarios dormían en los campos de altura de la montaña, lo que
salvó sus vidas. Nadie puede garantizar que un episodio así no se
reproduzca, aunque la severidad del invierno juegue de parte de los dos
equipos que buscan hacer historia en el invierno del Nanga Parbat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario