El sector fotovoltaico ha empezado a aferrarse al
autoconsumo eléctrico, una práctica que permite al consumidor producir y
consumir su propia electricidad, en un intento de calmar el desánimo
por el que atraviesa esta industria.
La planta de clasificación de residuos ubicada en el municipio
madrileño de Pinto podría ser una planta de reciclaje cualquiera pero lo
cierto es que la energía que consume para sostenerse procede de los
3.099 paneles fotovoltaicos que están ubicados en la cubierta de la
instalación.
Al igual que otras nueve instalaciones de tratamiento de residuos
localizadas en los municipios madrileños de El Molar, Arganda del Rey y
Villanueva de la Cañada, este complejo pertenece a la empresa pública
dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de
Madrid, Gedesma.
En una entrevista con EFEverde, su gerente, Nerea Alzola, manifestó
que estas instalaciones producen 2.132.551 kWh, energía suficiente
-dijo- "para cubrir las necesidades de una región como Teruel", además
de dejar de emitir 1.494 toneladas de CO2.
Se prevé que "en 2013 estos paneles producirán 2.700.000 kWh",
apostilló la gerente de la empresa pública que genera el 3% de la
energía fotovoltaica de la Comunidad de Madrid.
Sin embargo, Alzola explicó que hasta ahora ha habido un agravio
comparativo al aplicarse "los mismos impuestos de las energías que más
contaminan a las energías que tienen impacto cero".
En cualquier caso, las ventajas de instalar paneles fotovoltaicos
son infinitas -apuntó- ya que "no producen impacto ambiental alguno, ni
siquiera visual".
Es por ello que el autoconsumo empezó a generalizarse, sobre todo
tras la decisión del Gobierno el pasado 27 de enero de paralizar la
concesión de primas a nuevas instalaciones de renovables.
En una entrevista con EFEverde, el director de comunicación de la
Unión Española Fotovoltaica (UNEF), Tomás Díaz, explicó que hasta ahora
el modelo de negocio del sector fotovoltaico se basaba en poner una
placa, producir electricidad, venderla y cobrar por ello.
Ahora se tiende a instalar placas en el tejado de un particular que
va a ahorrar y va a obtener rentabilidad por ello, es decir, "ya no hay
un ingreso por la venta de electricidad, sino que la rentabilidad va por
la vía del ahorro".
Así, el consumo propio en España que aparece en el Real Decreto
1699/2011, aún pendiente de regulación, recoge el autoconsumo por
"balance neto", un mecanismo que consiste en que una persona puede
colocar paneles solares en el tejado de su casa o negocio, producir
energía para su autoconsumo y lo que no gasta puede intercambiarlo en la
red eléctrica utilizando ésta como una especie de almacén de canjeo de
energía.
También reflejado en ese real decreto está el autoconsumo instantáneo
de electricidad, un mecanismo en el que se pueden vender los excedentes
de energía al mercado mayorista, aunque "no compensa" -dijo Díaz-
porque se deben cumplir los requisitos del productor y hasta ahora solo
está regulado en Baleares, Castilla y León y Cataluña.
Precisamente se están dando casos de edificios que tienen que hacer
instalaciones fotovoltaicas obligatorias, como dicta el código técnico
de la edificación, y no pueden conectarlas por que "no está reglado el
proceso de tramitación para el autoconsumo instantáneo de electricidad".
En definitiva hay muy pocos casos de autoconsumo eléctrico en España y
"todo el mundo está esperando como agua de mayo" una normativa con
rango estatal en esta materia, para calmar el desánimo generalizado de
un sector fotovoltaico que, agregó, "ya ha dejado en la calle a más de
50.000 personas". Alba García Cañadas
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