Optimizar la gestión del agua para que sea más eficiente, tanto en el ámbito agrario como en las grandes ciudades, es imprescindible para producir la cantidad de alimentos necesarios para una población en aumento que pasará de los siete millones de habitantes actuales a nueve millones en 2050, según los cálculos de Naciones Unidas.
La necesidad de agua crecerá en este periodo de tiempo entre un
10 % y un 20 %, no sólo ante la demanda creciente de una mayor cantidad
de alimentos, sino debido también a la exigencia de una dieta más
nutritiva.
Así lo ha afirmado hoy a Efe el consejero técnico de la Fundación Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA),
Rudolph Cleveringa, quien participa, junto a otros expertos de ámbito
internacional, en la Conferencia preparatoria del Año Internacional de
la Cooperación en la esfera del agua, que se ha inaugurado hoy en
Zaragoza.
Un acto en el que el Pacto del Agua alcanzado en Aragón
entre instituciones, agentes sociales y regantes, y la gestión de la
cuenca Hidrográfica del Ebro se han puesto como ejemplos de colaboración
en la resolución de problemas relacionados con el agua, en el marco de
la inauguración de la Conferencia Internacional Anual ONU-Agua.
Al
encuentro, que se celebra en la sede de la Confederación Hidrográfica
del Ebro hasta el próximo 10 de enero, asisten miembros de organismos
internacionales como Naciones Unidas, Unesco, Banco Mundial o FAO,
además de representantes de países como Hungría, Finlandia, Brasil,
México, Perú, Etiopía, entre otros.
Durante tres días,
reflexionarán sobre los mecanismos de cooperación entre países que
ocupan cuencas transfronterizas y analizarán los instrumentos de
mediación y resolución de conflictos entre las partes interesadas.
De
hecho, se calcula que el 60% de las 276 cuencas internacionales que hay
en el mundo no disponen de acuerdos de colaboración que garanticen una
gestión pacífica del agua, cuando más de la mitad de la población
mundial depende a diario de unos recursos hídricos que son compartidos
entre varios países.
Cleveringa, quien moderará una sesión sobre
los sistemas de riego y las asociaciones de usuarios de agua, ha
señalado que las familias campesinas que abastecen al resto del mundo
son muy pocas, en relación a la proporción de población mundial, y la
gran mayoría se ubican en países del hemisferio sur.
Gran parte de
estas explotaciones, asentadas en países que exportan gran cantidad de
alimentos, como Argentina o Brasil, se mantienen con el agua de la
lluvia y, en menor medida, con sistemas de riego, por lo que están al
albur de las condiciones climatológicas.
"Hay suficientemente agua
globalmente hablando, pero hay que hacer una gestión de la
distribución", para alimentar a la población adicional que habitará la
tierra en 2050, ha explicado.
En América Latina, ha precisado,
existe un "gran potencial" para desarrollar todavía más estos sistemas
de riego, que en España llevan "siglos" funcionando, dado que disponen
de abundante tierra, y no tanta población, como en otros continentes,
además de instituciones fuertes.
La falta de organismos
consolidados, en cambio, es la dificultad a la que deben hacer frente en
gran parte del continente africano, donde difícilmente las
instituciones pueden desarrollar infraestructuras hidráulicas adecuadas.
Mientras
que en Asia, ha apuntado, es más complicado influir en una mejor
distribución de los bienes y las riquezas entre los campesinos, debido a
las normas que rigen algunos de los países que lo conforman.
Resolver
algunos de estos escollos resulta imprescindible para avanzar en la
mayor gestión de los recursos hídricos y garantizar el proceso de
producción alimenticia y, para ello, según Cleveringa, es fundamental
centrar los esfuerzos en la actividad agraria, "el mayor potencia del
ahorro".
"Tenemos que trabajar no sólo en optimizar la producción
primaria, sino en cambiar las actitudes de los consumidores mayormente
urbanos", que además desechan entre ocho y diez kilos de alimentos por
semana, ha denunciado.
Para lograr este objetivo, la cooperación
entre países, que muchas veces comparten cuencas hidrográficas, es
fundamental para garantizar el acceso al agua, así como el intercambio
de experiencias y proyectos relacionados con la gestión de los recursos
hídricos.
"No es tanto transferir un modelo a Etiopía o Los Andes,
sino ver cómo los regantes de aquí pueden acompañar procesos de cambio
allí y viceversa", ha asegurado.
En este sentido, España es uno de
los países que destacan en el desarrollo de mecanismo para la
reutilización del agua, según ha afirmado a Efe la directora de la
División de Ciencias del Agua de la Unesco (Unesco Agua), Blanca Jiménez.
"España
es uno de los campeones" en la reutilización del agua a nivel
internacional, ya que desde hace años en muchas zonas, entre ellas las
Islas Canarias, el agua que se utiliza en la lavadora se dedica
posteriormente a otros usos, como regar los jardines de la ciudad.
Este modelo "se podría extrapolar a muchos otros países", ha concluido. EFEverde
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