Hace ya 60 años que Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay
alcanzaron por primera vez en la historia la cima del Everest. Desde
entonces, el ascenso a las cumbres del Himalaya es uno de los reclamos
para viajar a Nepal. Los que no sean grandes alpinistas no tienen por
qué sufrir: hay otras muchas formas de contemplar y disfrutar del techo
del mundo. Por todo Nepal hay vistas panorámicas excepcionales de los
Himalayas y las cinco que hemos seleccionado son, sin duda, algunas de
las más espectaculares, especialmente al amanecer.
El gran espectáculo del Himalaya: Daman
El pueblo de Damán sería uno más de Nepal si no fuera porque puede
presumir de tener, probablemente, las vistas más espectaculares de todo
el Himalaya: una impresionante panorámica que abarca 300 kilómetros de
cordillera, desde los Annapurnas hasta el Everest. Daman está a sólo 222
metros sobre el nivel del mar pero allí están, casi al alcance de la
mano, cumbres de más de 8.000 metros; resulta realmente inolvidable
mirar hacia el norte, el oeste o el este y contemplar el techo del mundo
en toda su grandeza. En el Daman Mountain Resort hay una torre mirador
que regala una completa panorámica: desde el Dhaulagiri hasta el
Everest.
Además de extasiarnos con la contemplación de las montañas, en Daman
resulta recomendable dar un paseo por el Jardín Botánico de Montaña, que
ocupa más de 78 hectáreas de bosques. Los mejores meses para la visita
son febrero y marzo, cuando florecen los rododendros, la flor nacional
de Nepal. Otra opción es recorrer el camino hasta el diminuto templo
Shree Rikheshwar Mahadev Mandir, consagrado a Siva. Se llega por un
sendero que parte hacia el oeste desde el sur del pueblo, y de camino se
puede hacer una parada en un precioso gompa (monasterio) situado en un claro.
Nagarkot, ochomiles desde la cama
La prueba de que las grandes cumbres se pueden disfrutar sin grandes
esfuerzos, la tenemos en Nagarkot. Está en los alrededores de Katmandú, a
unos 32 kilómetros de la capital nepalesa, en un extremo del valle, y
desde allí se disfrutan las mejores vistas de montaña, visibles desde la
cama de muchos de sus hoteles. Este lugar es también una buena
excursión desde la capital por el valle de Katmandú que, más allá de
Bhaktapur, comienza a elevarse y a dejar entrever los muros del
Himalaya, no visibles desde la parte inferior del valle. Técnicamente,
la mayoría de los pueblos siguientes están fuera del valle, en las
carreteras a Langtan o en la frontera tibetana, pero es fácil visitarlos
en una excursión de un día (o haciendo noche) desde Katmandú.
Realmente, el único interés de Nagarkot son las vistas, pero ¡qué
vistas! Desde cualquier lugar despejado de la cresta se puede contemplar
un panorama que abarca desde Dhaulagiri, al oeste, hasta el monte
Everest (poco más que un lejano punto en el horizonte) y el Kanchenjunga
al este, además del Ganesh Himal (7406 m), el Langtang Lirung (7246 m),
el Shisha Pangma (8012 m), el Dorje Lakpa (6975 m) y el Gauri Shankar
(7146 m).
El lugar más popular es la torre mirador, sobre una cresta de 2164 m,
con unas sensacionales vistas de 360 grados al amanecer. Está a una
hora a pie al sur del pueblo (4 kilómetros), pero también hay un autobús
que parte al amanecer de Nagarkot Guide (250 NPR). Otro buen punto de
observación es el templo de Mahakali, en una pequeña colina cerca de la
zona de hoteles.
Nagarkot está repleto de alojamientos que se amontonan en una cresta
que da a una de las vistas más amplias del Himalaya. Por ejemplo, el
Hotel Green Valley (loveghishing_e55@yahoo.com), con una ubicación impresionante que proporciona fantásticas vistas del Himalaya (incluso desde la cama).
Pokhara, mirador a los Annapurnas
Pokhara está a unos 400 metros de altitud por debajo de Kathmandú y
tiene como telón de fondo el imponente macizo del Annapurna. Entre sus
cumbres cercanas destaca la del monte Machhapuchhare (Cola de Pescado,
en nepalí) cuyo perfil triangular se alza sobre la ciudad. Es la única
montaña virgen de Nepal, al estar prohibida la escalada en ella.
De oeste a este, se alinean el Hiunchuli (6441 m), el Annapurna I
(8091 m) el Machhapuchhare (6997 m), el Annapurna III (7555 m), el
Annapurna IV (7525 m) y el Annapurna II (7937 m). Aunque el paisaje es
espectacular, hay que tener en cuenta que en la temporada de los
monzones, los mantos de nubes pueden tapar las montañas por completo y
durante días.
El Phewa Tal es el punto de referencia de los viajeros en Pokhara y
el segundo mayor lago de todo Nepal. En contraste con la gran actividad
turística de Lakeside, la escarpada orilla suroeste está poblada por
densos bosques, como el Rani Ban (bosque de la Reina), que dan a las
aguas un profundo tono verde esmeralda. Los días tranquilos se reflejan
perfectamente en su superficie, como si fuera un espejo, los picos del
macizo de los Annapurnas. Mucha gente pasea a pie o en bici por la
orilla o hace la caminata hasta la colina donde se eleva la pagoda de la
Paz Mundial, que ofrece unas impresionantes vistas del lago con las
montañas como telón de fondo.
Volar sobre el techo del mundo
Desde Katmandú, muchos visitantes no renuncian a acercarse lo más
posible al Everest y a otras grandes cumbres. Una forma de hacerlo (y
cada vez más popular) son los vuelos panorámicos por el Himalaya, que
permiten ver muy de cerca las grandes cumbres de la espina dorsal del
Himalaya. Todas las líneas aéreas locales importantes ofrecen estos
vuelos de una hora de duración (por unos 170 dólares), en aviones de
entre 6 y 30 plazas en las que todos los pasajeros tienen asiento de
ventanilla. La calidad de las vistas depende del tiempo. Si el vuelo se
cancela por causas meteorológicas, las aerolíneas devuelven el importe
íntegro o reservan una plaza en el siguiente.
El Everest desde el campo base
Probablemente, todos los que van a Nepal quieren ver la montaña más
alta del mundo, y si es de cerca, mejor que mejor. Por eso, la excursión
que lleva al campo base del Everest es una de las rutas más
solicitadas, pero merece la pena, aunque solo sea para decir que hemos
estado allí. El trekking parte desde la aldea de Lukla, a la que se
regresa de 14 a 20 días después, tras contemplar (si el tiempo lo
permite) la montaña más alta del planeta: la mejor época para ello es de
octubre a diciembre, después de la temporada monzónica. Se trata de un
recorrido concurrido y popular con paisajes espectaculares de alta
montaña, permite acercarse a la cultura sherpa, cuenta con refugios
excelentes en el camino y regala estampas impresionantes, como la cara
suroeste del monte Ama Dablam, de 6.856 metros de altura.
La caminata nos lleva por pueblos y gompas (monasterios)
preciosos, y el amable pueblo sherpa de la región de Solu Khumbu hace
que caminar por la zona sea una experiencia maravillosa. Casi toda la
travesía transcurre por el Parque Nacional de Sagarnatha (nombre en
nepalés del Everest), declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Aquí
viven ciervos almizcleros, pandas rojos, leopardos de las nieves, tares
del Himalaya, osos tibetanos y varias especies de faisanes.
La ruta de ida y vuelta, desde la inquietante pista de aterrizaje del
aeródromo de Lukla, requiere al menos 14 días, aunque se recomienda
contar con una semana más para incluir en el itinerario alguno de los
increíbles valles aledaños, menos visitados. Si se dispone de tiempo,
una forma de esquivar las masas es caminar desde Shivalaya o Jiri y
volar desde Lukla. Si se vuela directo hasta Lukla, hay que programar
unos días de aclimatación en Namche y Pheriche para evitar el mal de
altura. Una caminata más corta, de una semana, desde Lukla, podría ser
un circuito por Namche Bazaar, Thame, Khumjung y el monasterio de
Tengboche.
La ruta alcanza su punto más alto en Kala Pattar (5545 metros), un
pequeño pico que ofrece vistas de la oscura cara suroeste del Everest,
los vecinos Changtse, Lhotse y Nuptse, así como la cascada de hielo del
Khumbu, justo por encima del campamento base. El mejor paisaje de la
ruta se halla seguramente en el vecino valle de Goyko, fuera de la senda
principal.
La nueva guía Nepal de Lonely Planet
(noviembre 2013) incluye la información actualizada y muy práctica para
viajar al país y practicar trekking y alpinismo por los Himalayas.
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