Las emisiones de barcos y refinerías dan lugar a
episodios "severos" de contaminación del aire urbano con partículas
ultrafinas, según una serie de estudios en los que ha participado el
Centro de Investigación Atmosférica de Izaña y en los que se han
analizado muestras en diversas ciudades europeas.
Durante la última década se ha pensado que las emisiones del tráfico
son la principal fuente de partículas ultrafinas, pero los estudios han
puesto de manifiesto que otros focos contaminantes dan lugar a episodios
de contaminación por partículas ultrafinas más intensos.
Las partículas ultrafinas tienen un tamaño inferior a 0,1 micra (una
micra es la millonésima parte de un metro), por lo que son mucho más
pequeñas que un cabello humano, que mide unas 70 micras.
Están constituidas por una mezcla de hollín, ácido sulfúrico, sulfato
y compuestos orgánicos, y se cree que están detrás de parte de las
afecciones cardiovasculares atribuidas a la exposición de la
contaminación urbana.
El último estudio de los doctores Yenny González y Sergio Rodríguez,
del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, de la Agencia Estatal
de Meteorología (Aemet), realizado en la capital tinerfeña y publicado
en la revista Atmospheric Research, muestra que las mayores
concentraciones de partículas ultrafinas se registran entre las diez de
la mañana y las cinco de la tarde.
En esas horas la brisa sopla de mar a tierra y arrastra hacia el
interior de la ciudad los penachos emitidos junto a la zona costera por
barcos y refinería.
Los barcos aportan unas 40.000 partículas por centímetro cúbico de
aire, mientras que la aportación de la refinería es de unas 80.000
partículas, y la de los automóviles de unas 30.000 partículas.
Las mayores concentraciones de partículas ultrafinas se registran en
áreas afectadas por emisiones de barcos, refinerías y otras industrias
que emiten el gas dióxido de azufre.
Se sabía que estos focos emiten partículas de sulfato, vanadio y
níquel, cuyo tamaño generalmente es de 0,5 a 2 micras, y los nuevos
estudios han demostrado que también dan lugar a partículas con tamaño
inferior a 0,1 micra, según ha explicado a Efe Sergio Rodríguez.
El Centro de Investigación Atmosférica de Izaña registra estas
mediciones desde hace más de cuatro años en Santa Cruz de Tenerife.
Los investigadores recuerdan que en un estudio elaborado en Santa
Cruz de Tenerife por el Hospital Universitario de Canarias y el Centro
de Investigación Atmosférica de Izaña, publicado en la Revista Española
de Cardiología, se identificó una asociación entre exposición a
partículas ultrafinas en el aire ambiente e ingresos hospitalarios por
insuficiencia cardíaca.
Los estudios del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña sobre
el impacto de las emisiones de partículas ultrafinas en la calidad del
aire urbano están financiados por los ministerios de Economía y
Competitividad, y de Medio Ambiente.
En ellos han participado también la Universidad de Huelva, el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de
Birmingham y otros tres organismos de investigación del Reino Unido y
Suiza.
Estas investigaciones también se han comprobado en las ciudades
españolas de Huelva, Sevilla y Barcelona, así como en Londres, Milán
(Italia), Lugano y Berna (Suiza).
Sergio Rodríguez ha comentado que en los estudios de Santa Cruz de
Tenerife han servido como "laboratorio", pues en un espacio reducido hay
varios focos importantes de partículas ultrafinas y eso ha permitido
poner a punto las diversas técnicas de análisis de datos que
posteriormente se usaron en el resto de ciudades.
Para este investigador es una paradoja que las directivas europeas
pongan límite a las emisiones de partículas ultrafinas en los
automóviles, cuando los episodios de contaminación por partículas
ultrafinas en ciudades con puertos e industria son principalmente
debidos a las emisiones de barcos, refinerías y otros focos emisores de
dióxido de azufre.
Es el dióxido de azufre lo que se debe controlar, pues en el aire
ambiente se transforma en partícula ultrafina, ha añadido Sergio
Rodríguez.
Las mayores concentraciones de partículas ultrafinas se registraron
en Huelva y Santa Cruz de Tenerife (por ese orden), debido al impacto de
las emisiones de dióxido de azufre en barcos e industria, y las más
bajas se obtuvieron en Lugano y Londres, donde dominan las emisiones del
tráfico.
Sergio Rodríguez también ha señalado que las partículas ultrafinas,
además de afectar a la salud de las personas, influyen en el clima, pues
pueden actuar como núcleo de condensación sobre el que se forman las
nubes y esto puede alterar los patrones naturales de precipitación.
Además, desde el punto de vista de gestión de la calidad del aire, es
siempre más rentable evitar los desperfectos que causa la contaminación
que subsanarlos a posteriori, en aquellos casos que sea posible, ha
apuntado.
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