La Reina Sofía ha visitado esta mañana las zonas afectadas por las riadas de la pasada semana en la Vall d’Aran, en el Pirineo de Lleida, y en el valle de Benasque,
en Huesca, y ha podido ver algunas de las secuelas de la devastación
dejada por los desbordamientos de los ríos Garona y Ésera.
Doña Sofía ha llegado pasadas la una de la tarde en helicóptero a
Vielha y ha continuado por carretera hasta la localidad aranesa de
Arties, donde ha sido recibida por las autoridades, entre las que se
encontraban el Síndico del Aran, Carlos Barrera, el ministro de
Interior, Jorge Fernández Díaz, la vicepresidenta de la Generalitat,
Joana Ortega, y la delegada del Gobierno central en Catalunya, María de
los Llanos de Luna.
La Reina ha tenido un recibimiento cordial por parte de las decenas
de personas que esperaban su llegada en Arties, población que conoce muy
bien por sus estancias en la residencia invernal de La Pleta, en
Baqueira. Nada más bajar del coche se han escuchado aplausos y algún
“Viva la Reina”, al igual que en el momento de despedirse.
También ha saludado a muchos vecinos, entre los que se encontraban
Remei Mourelos, propietaria de un restaurante al que suelen acudir los
miembros de la familia real durante sus vacaciones en el valle.
Doña Sofía se ha enternecido cuando la hija Marian de Moruelos le ha
entregado una rosa que ha llevado en la mano durante la visita que ha
durado unos 40 minutos. “Le gusta mucho la tortilla de patata”, ha dicho
Remei.
En su visita relámpago, la Reina sólo ha podido ver a través de una
exposición de fotografías parte de los daños ocasionados por la riada en
edificios, industrias y carreteras del valle. En la iglesia gótica de
Sant Joan d’Arties ha podido mirar con detenimiento los paneles que las
autoridades del valle le habían preparado para que tuviera una visión
global de la catástrofe. El Síndic Barrera le ha explicado el contenido
de cada una de las imágenes.
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