Con una
biodiversidad única, los bosques de costa en Venezuela, estan ubicados
en el extremo más septentrional de América del Sur.
ECOticias.
Se estima que el cuatro por ciento de los manglares del mundo, están en Venezuela.
Con una biodiversidad única, los bosques de costa en Venezuela, estan
ubicados en el extremo más septentrional de América del Sur.
Los manglares venezolanos abarcan aproximadamente más de 2.200
kilómetros cuadrados, ubicándose como una de las mayores regiones
ecológicas de bosques de mangles en América del Sur, pero ese número se
está reduciendo de forma constante.
Los últimos datos satelitales muestran que las acciones humanas están
acabando con los bosques de manglares, incluso más rápido que las
estimaciones anteriores.
En una investigación llevada a cabo por el Servicio Geológico de
EE.UU. y la NASA, los investigadores encontraron que los manglares
constituyen 12,3 por ciento menos de superficie que lo estimado
previamente.
A lo largo de la orilla del lago de Maracaibo, cerca de la costa
venezolana, sedimentos por vertidos de plaguicidas utilizados en la
actividad agropecuaria, erosionan las costas sur del lago, contaminando
el agua entre los manglares y destruyendo el hábitat de los animales
acuáticos como los cangrejos, peces y moluscos.
La tala de manglares en el lago de Maracaibo, comenzó en la Segunda
Guerra Mundial para la exportación a Alemania y Estados Unidos. La
deforestación continuó en la década de 1950 para dar cabida a la
expansión de las plantaciones de coco y la extracción de petróleo.
Posteriormente, y en la actualidad, el urbanismo sin control, la
petrolización de sus raíces y el vertido de basura cada día incrementan
su deterioro.
Aunque los bosques de manglar no se han controlado de manera
sistemática, algunas evidencias sugieren que las pérdidas son dramáticas
en las últimas décadas.
En otras ecorregiones como Adícora (estado Falcón), Cumaná (Sucre),
en Píritu y Unare (Anzoátegui), así como a lo largo de la costa del
estado Carabobo, donde los registros históricos ofrecen evidencias de
desaparecer casi en su totalidad o sólo pequeñas áreas se mantienen.
Las causas de esta deforestación es desconocida, sin embargo, es
probable que en algunas de esas áreas se realizó la explotación
semi-industrial a cabo, o que los niveles de extracción a pequeña
escala, para satisfacer las necesidades locales, fueron constantes
durante décadas.
Los manglares venezolanos están protegidos específicamente a través
de un decreto presidencial, y muchos de los manglares están dentro de
los límites de las unidades de conservación de alto rango (Convención
Ramsar). Sin embargo, hay evidencias de pocos esfuerzos gubernamentales
frente al urbanismo, el turismo y el crecimiento demográfico.
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