Cobran por reciclar pero contaminan. Hay más de 60 depósitos de lodos
contaminantes repartidos entre cinco municipios limítrofes de la
comarca ferrolana. Los más afectados son As Pontes y As Somozas, pero
los ecologistas también se han topado con espesas capas de lama apestosa
con metales pesados e hidrocarburos contaminantes sobre montes y fincas
rurales de Moeche, Monfero y Narón. Los vertidos han sepultado una zona
de túmulos megalíticos catalogados, cercaron las fuentes del río Grande
de Xuvia, protegido como Red Natura, que desemboca en la ría de Ferrol,
y están a pocos metros del lago artificial de Endesa.
Vecinos, ambientalistas y el BNG coinciden en señalan a Xilo
Galicia, SL como responsable. Es una empresa de reciclaje asentada en el
polígono de As Somozas desde los años noventa y que se dedica a
valorizar áridos de construcción. En pocos días, Xilo Galicia se ha
encontrado con un expediente sancionador de la Consellería de Medio
Ambiente por colocar tecnosuelos sin licencia en una finca y ocultar que
había dos arroyos, la decisión unánime del Parlamento gallego de
investigar los vertidos y con la denuncia de Adega ante la Fiscalía del
Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) por supuestamente
depositar miles de toneladas de lodos tóxicos en montes alejados, prados
y fincas de la comarca ferrolana.
La denuncia, un escrito de ocho páginas documentado con fotos y
analíticas, ya está en poder de la fiscalía. Más allá de la posible
contaminación de prados, labradíos y acuíferos, que a menudo lindan con
zonas protegidas, Adega, Verdegaia y la Sociedade Galega de Historia
Natural (SGHN) sospechan que los vertidos están relacionados con las
diarreas y náuseas que han sufrido varios vecinos del lugar de Cargas
(As Somozas) y piden al fiscal a que abra una investigación por dos
posibles delitos: uno ambiental y otro contra la salud pública. La
sanción del Gobierno gallego le ha llegado a Xiloga por cubrir de lama
una parcela de Espá (As Pontes) sin autorización bajo la apariencia de
un tecnosuelo, un producto artificial que mezcla lodos con arcillas y
que se aplica sobre superficies quemadas para su regeneración. La
normativa técnica sobre residuos prohíbe expresamente que se coloquen
cerca arroyos o pastizales pero según Adega, la firma camufla un vertido
contaminante bajo la apariencia de otro que técnicamente estaría
permitido para deshacerse de las lamas industriales de depuradoras, con
agentes contaminantes (cobre, zinc, aceites...) que cuesta mucho
reciclar.
Ecologistas y vecinos coinciden en que la empresa lleva meses,
incluso años, esparciéndolos toneladas a golpe de pala y camión a razón
de una “una docena al día”, calcula un vecino del lugar de Cargas, una
de las parroquias de As Somozas que más soporta la pestilencia de unos
lodos con niveles de hidrocarburos que multiplican por 25 los valores
permitidos. La consellería de Agustín Hernández ordenó el pasado viernes
a Xiloga retirar un depósito de una finca pontesa. Además, la empresa
escondió a la Jefatura Territorial de A Coruña que había dos arroyos
junto a los terrenos y les imputa “ocultación de los datos exigidos por
la ley”.
Además del hedor insoportable, los vecinos están convencidos de que
estos depósitos son la causa más plausible de la contaminación de varios
pozos domésticos y les achacan las diarreas, náuseas y fuertes dolores
de cabeza que han sufrido en los últimos meses. A finales de mayo,
Constantino L., mandó analizar el agua natural que salía del grifo de su
casa en Montecalvo. Se encontró, de repente, con que ya no era potable y
que en el líquido que bebían desde siempre flotaban patógenos de
materia fecal. No fue la única casa de As Somozas, en la que sus
habitantes se sintieron enfermos y coincidían en los síntomas. Otro
vecino, José Vilaboy, denuncia que ya en el otoño del 2011 vio pasar los
primeros camiones tirando sus lodos por pastizales y labradíos, en
fincas semiabandonadas de monte alto y también en terrenos particulares.
La empresa, del grupo vigués Toysal, lleva 15 años asentada en el
polígono industrial de As Somozas, paradójicamente, es la capital
gallega del reciclaje. Al mismo empresario se le notificó este mes otro
expediente sancionador de la Xunta por enterrar residuos en una cantera
de O Porriño.
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