El 6 de julio
el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) ha de hacer
efectivo el cese de explotación de la central nuclear de Garoña
(Burgos)
ECOticias.
El 6 de julio se ha de producir el cese de explotación de la
central nuclear de Garoña (Burgos). El tiempo para emitir una orden
ministerial que paralice dicho cese ha pasado. La posible petición de
un nuevo permiso de explotación llevaría 2 o 3 años, si no se cambia la
ley.
El 6 de julio el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur)
ha de hacer efectivo el cese de explotación de la central nuclear de
Garoña (Burgos) que deberá ir pensando en elaborar los planes para su
desmantelamiento. Este es el fin lógico de un proceso que empezó en
septiembre de 2012, cuando Nuclenor declinó pedir una prórroga de
funcionamiento que el Minetur le ofreció muy generosamente mediante una
Orden Ministerial. El 3 de junio pasado, el Consejo de Seguridad
Nuclear (CSN) aprobó el Expediente de Cese de Explotación, que remitió
al Ministerio en tiempo, antes del 6 de junio. Este último ha dejado
pasar el tiempo sin emitir una Orden Ministerial que interrumpiera este
proceso, lo que significa que el 6 de julio Garoña dejará de tener
permiso de explotación y deberá proceder a los trámites que conducen a
su desmantelamiento.
La presión a la que se vio sometido el CSN por el Minetur cuando
Nuclenor pidió una prórroga para mantenerse un año parada no sirvió pues
para nada, salvo para dejar en mal lugar a dicho organismo, que dio
pruebas de su debilidad institucional y falta de independencia.
Tras el 6 de julio, la única posibilidad que tendría Nuclenor para
volver a poner en marcha Garoña sería volver a pedir un permiso e
explotación, como si de una instalación nueva se tratara. La Ley de
energía Nuclear y el Reglamento de Instalaciones Radiactivas imponen una
serie de requisitos y pruebas, que deben ser evaluadas por el CSN, que
implicarían entre 2 y 3 años de duración. La reducción de alguno de
estos requisitos sería incumplir la ley. Y el cambio de esta ley para
beneficiar a Nuclenor y la central de Garoña sería un escándalo político
que generaría una inseguridad jurídica inmensa, puesto que atañe nada
menos que a la seguridad de las instalaciones nucleares. Es más que
dudoso que a Nuclenor le interese embarcarse en la aventura de pedir un
nuevo permiso de explotación, salvo que se produzca un resultado
ventajoso en las conversaciones con el Minetur. En todo caso, la ley se
debe cumplir a rajatabla.
Ecologistas en Acción exige al Minetur que ponga fin ya a este
proceso esperpéntico y proceda al cierre definitivo de esta central
nuclear. De esta forma el medio ambiente y las personas nos libraremos
de una amenaza cierta. Es el momento de empezar a pensar en el proceso
de desmantelamiento y en mitigar el efecto que sobre la economía local y
sobre los trabajadores tiene el cierre de esta central.
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