sábado, 29 de junio de 2013

Garoña, punto y final

El 6 de julio el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) ha de hacer efectivo el cese de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos)
 ECOticias.
El 6 de julio se ha de producir el cese de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos). El tiempo para emitir una orden ministerial que paralice dicho cese ha pasado. La posible petición de un nuevo permiso de explotación llevaría 2 o 3 años, si no se cambia la ley.
El 6 de julio el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) ha de hacer efectivo el cese de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos) que deberá ir pensando en elaborar los planes para su desmantelamiento. Este es el fin lógico de un proceso que empezó en septiembre de 2012, cuando Nuclenor declinó pedir una prórroga de funcionamiento que el Minetur le ofreció muy generosamente mediante una Orden Ministerial. El 3 de junio pasado, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobó el Expediente de Cese de Explotación, que remitió al Ministerio en tiempo, antes del 6 de junio. Este último ha dejado pasar el tiempo sin emitir una Orden Ministerial que interrumpiera este proceso, lo que significa que el 6 de julio Garoña dejará de tener permiso de explotación y deberá proceder a los trámites que conducen a su desmantelamiento.
La presión a la que se vio sometido el CSN por el Minetur cuando Nuclenor pidió una prórroga para mantenerse un año parada no sirvió pues para nada, salvo para dejar en mal lugar a dicho organismo, que dio pruebas de su debilidad institucional y falta de independencia.
Tras el 6 de julio, la única posibilidad que tendría Nuclenor para volver a poner en marcha Garoña sería volver a pedir un permiso e explotación, como si de una instalación nueva se tratara. La Ley de energía Nuclear y el Reglamento de Instalaciones Radiactivas imponen una serie de requisitos y pruebas, que deben ser evaluadas por el CSN, que implicarían entre 2 y 3 años de duración. La reducción de alguno de estos requisitos sería incumplir la ley. Y el cambio de esta ley para beneficiar a Nuclenor y la central de Garoña sería un escándalo político que generaría una inseguridad jurídica inmensa, puesto que atañe nada menos que a la seguridad de las instalaciones nucleares. Es más que dudoso que a Nuclenor le interese embarcarse en la aventura de pedir un nuevo permiso de explotación, salvo que se produzca un resultado ventajoso en las conversaciones con el Minetur. En todo caso, la ley se debe cumplir a rajatabla.
Ecologistas en Acción exige al Minetur que ponga fin ya a este proceso esperpéntico y proceda al cierre definitivo de esta central nuclear. De esta forma el medio ambiente y las personas nos libraremos de una amenaza cierta. Es el momento de empezar a pensar en el proceso de desmantelamiento y en mitigar el efecto que sobre la economía local y sobre los trabajadores tiene el cierre de esta central.

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