El Minambiente firmó vinculación a la Alianza Mundial a favor de los Océanos.
Esta es una coalición de 140
socios liderados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el
Banco Mundial, para trabajar por la salud del mar.
El objetivo de la Alianza es abordar y solucionar los ya reconocidos
problemas de sobreexplotación pesquera, contaminación y pérdida de
hábitats naturales marinos, que contribuyen al agotamiento de los
recursos naturales que proporcionan alimentos, medios de vida y
servicios ecológicos vitales para el mundo.
En la GPO hay una importante representación de gobiernos y agencias
gubernamentales, organizaciones del sector privado, de la sociedad
civil, fundaciones y entidades multilaterales y de investigación, que a
través de un esfuerzo conjunto buscan combinar sus experiencias y su
fuerza financiera para tener océanos más saludables.
"Colombia es uno de los países megadiversos del planeta, el tercero
más vulnerable a los efectos del cambio climático, con alrededor de 45
por ciento de territorio marino. Por eso esta vinculación es muy
importante, además porque está en línea con la prioridad que desde el
Ministerio le estamos damos a los asuntos marinos y costeros con lo que
hemos bautizado como la Agenda Azul", expresó el ministro Juan Gabriel
Uribe.
Hoy, Colombia protege menos del 2 por ciento de sus áreas marinas y
costeras, esto a pesar de que el Convenio de Diversidad Biológica indica
que ese porcentaje de preservación debe ser de al menos el 10 por
ciento. El 12 por ciento de la población nacional vive en zonas costeras
y depende del mar para subsistir.
Según análisis del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras
(Invemar), el mar colombiano resiste una creciente contaminación de
aguas servidas –es decir aquellas que llevan desechos humanos
orgánicos–, que no tienen ningún tratamiento. No importa el municipio;
todo va a dar al Pacífico o, principalmente, al Caribe, a través del río
Magdalena, que recibe la descarga de casi todo el país. Solo el 30 por
ciento de los asentamientos costeros tienen alcantarillado y la mayoría
no tratan sus aguas residuales.
A esto hay que sumarle los desechos agrícolas y ganaderos y los que
dejan la minería y la tala de las selvas. Científicos del Invemar, dice
su director, Francisco Arias, han detectado en el mar contaminación
microbiológica por cuenta del vertimiento de aguas negras en algunas
playas con actividad turística, principalmente en Buenaventura y Tumaco.
A eso se está sumando la deforestación de los bosques, que originan
mucha erosión que es tierra y sedimentos que se desprenden de las zonas
montañosas; van a dar a los ríos y en algún momento llegan al mar,
situación que se hace evidente en las Islas del Rosario
La vinculación del país a la Alianza, que busca reducir estos
inconvenientes, se oficializó con la presencia de Jostein Nygard y Marco
Alcaraz, representantes del Banco Mundial, y con el aval de Elizabeth
Taylor, la directora de asuntos Marinos Costeros y Recursos Acuáticos
del Ministerio, una oficina que fue recientemente creada para darle
prioridad al trabajo marino en ambas costas.
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