Durante años y
en la actualidad, grandes cantidades de 129I son vertidas al
medioambiente desde plantas de reprocesamiento de combustible nuclear
localizadas en la costa este del océano Atlántico Norte.
ECOticias.
Miembros del Grupo de Espectrometría de Masas con Aceleradores
(AMS) del Centro Nacional de Aceleradores (Universidad de Sevilla-Junta
de Andalucía-CSIC) junto con investigadores de la Universidad de
Sevilla han estudiado muestras de agua marina de las proximidades de
Islandia y Suecia con el fin de evaluar las concentraciones de 129I con
origen en ciertas plantas europeas de reprocesamiento de combustible
nuclear.
Durante años y en la actualidad, grandes cantidades de 129I son
vertidas al medioambiente desde plantas de reprocesamiento de
combustible nuclear localizadas en la costa este del océano Atlántico
Norte. La principal ruta de transporte de estas emisiones es a través de
la Corriente del Atlántico Norte y de la Corriente Costera Noruega
hacia el Océano Ártico.
Los datos correspondientes al modelado de dispersión de 129I en esta
región son escasos, de ahí la importancia del estudio desarrollado, que
aporta información relevante en torno a la difusión de este
radioisótopo en las aguas del océano Atlántico Norte y Ártico. Para
ello se han analizado distintas muestras de agua marina procedente de
la costa de Islandia y el mar de Irminger hasta una profundidad de 1000
metros.
El 129I es un isótopo radioactivo del yodo de origen cosmogénico, es
decir, producido por la interacción de la radiación cósmica que llega a
la Tierra mientras atraviesa nuestra atmósfera.
Debido a la acción humana, esta concentración de 129I ha ido
aumentando, fundamentalmente como consecuencia del uso de la energía
nuclear. El uso de estaenergía y procesos asociados ha conllevado la
aparición de este subproducto, lo cual permite distinguir entre una era
pre y post uso de la energía nuclear.
Puesto que este radioisótopo tiene la capacidad de formar compuestos
solubles en agua, se incorpora con facilidad al ciclo hidrológico,
convirtiéndose por tanto en un excelente trazador de las corrientes
marinas.La detección de elevadas concentraciones de 129I en agua
superficial del océano Atlántico Norte, Báltico y Ártico, manifiestan la
liberación de este isótopo radioactivo y su llegada a través del Canal
de La Mancha y el mar de Irlanda desde las plantas de reprocesamiento
de La Hague y Sellafield, respectivamente.
En este estudio se ha realizado un mapeado de la distribución del
129I en profundidad en agua del mar con el objetivo de trazar las
corrientes marinas. Como resultado del estudio, se ha comprobado que la
concentración de 129I con origen antropogénico, no natural, en aguas
del Atlántico Norte está aumentando como consecuencia de la emisión del
mismo desde distintas plantas de reprocesamiento de combustible
nuclear, observándose asimismo que dicha concentración disminuye con la
profundidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario