El biogás, que se obtiene a partir de excrementos animales, cumple esa función de saneamiento.
ECOticias.
El biogás, que se obtiene a partir de excrementos animales, cumple
esa función de saneamiento. Pero también reduce la emisión de gases de
efecto invernadero y suma una fuente de ingresos para los agricultores
locales, resume Cícero Bley, superintendente de Energías Renovables de
Itaipú Binacional, en diálogo con Tierramérica.
Hace más de un año está todo listo para generar electricidad en la
microcentral termoeléctrica de biogás, construida con donaciones de
Itaipú en terreno cedido por la alcaldía del municipio Marechal Cândido
Rondon. La venta de electricidad representará ingresos adicionales.
La microcentral ya cuenta con insumos de los biodigestores familiares
conectados por tuberías, pero su operación espera una decisión de la
Compañía Paranaense de Energía (Copel), empresa pública y estadual que
compraría la electricidad para distribución.
Pero el “pulmón”, un gran balón de plástico que almacena el biogás en
la microcentral, ya tiene agujeros, denunciados por el mal olor. Será
necesario sustituirlo por uno más resistente y más grande.
Además, habría que instalar 1.200 metros de tuberías y asegurar un
abastecimiento regular con existencias de reserva. Las inversiones
indispensables superan la capacidad de la cooperativa, reconoce Vargas.
Los técnicos de Itaipú estiman que los cooperativistas poseen un
rebaño de 1.000 vacunos y 3.000 porcinos, lo que implica 15.800 metros
cúbicos de excremento al año que pueden generar 266.600 metros cúbicos
de biogás y 445.000 kilovatios/hora de electricidad, suficiente para
abastecer 2.200 residencias.
La experiencia podría diseminarse en el mismo oeste de Paraná, donde
80 por ciento de las propiedades rurales tienen menos de 50 hectáreas,
hay 26.000 agricultores familiares y una gran producción agroindustrial
de bovinos, suinos y aves, señala Bley, un agrónomo y reconocido
experto en energías alternativas.

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