El pasado 8 de
agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón
reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua
desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias
altamente radiactivas
ECOticias.
El 77,5 por ciento de los surcoreanos han reducido la cantidad
de pescado que ingieren en su menú como gesto de precaución ante las
filtraciones de agua radiactiva en el océano de la central nuclear
japonesa de Fukushima-1, según un sondeo, según ha recogido la agencia
surcoreana de noticias Yonhap.
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El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria
de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas
de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen
sustancias altamente radiactivas que llegan al océano Pacífico.
Desde entonces, las fugas de agua radiactiva no han cesado y han
hecho que en el último mes los niveles de radiactividad en Fukushima-1
se hayan disparado hasta picos de 200.000 becquerelios por litro,
capaces de matar a una persona.
La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) sospecha que las fugas
radiactivas se deben al desgaste de la resina que une las placas de
acero que forman los tanques en los que se almacena el agua contaminada
de Fukushima-1, a pesar de que se trata de un compuesto especial,
precisamente, para evitar la permeabilidad.
Si bien, ha admitido errores de todo tipo. Entre ellos, que los
trabajadores se dejaran abiertas las válvulas que controlan la entrada
de agua contaminada desde los reactores a los tanques, la ausencia de
contadores en todos los tanques y las escasas patrullas alrededor de los
tanques para comprobar que no hay fugas radiactivas.
Asimismo, un informe del Comité Científico de la ONU sobre los
Efectos de la Radiación Atómica ha alertado esta misma semana de que los
criterios y métodos utilizados por las autoridades y empresas
japonesas para medir la radiación a la que estuvieron sometidos los
trabajadores de la central nuclear de Fukushima-1 después de la fuga
radiactiva desestiman ciertas radiaciones, por lo que el nivel global
de las mismas podría ser hasta un 20 por ciento superior a lo que se
creía hasta ahora.
ACCIDENTE NUCLEAR
Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami
que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa,
dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la
central de Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se
asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote
del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los
núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.

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