“Este es el momento de luchar contra el cambio climático, ni mañana,
ni pasado. Ahora”. La secretaria general de la Convención Marco de
Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), Christiana Figueres,
cree que los resultados del último informe científico del IPCC (panel de
expertos sobre el cambio climático de la ONU), no dejan lugar a dudas.
Nos acercamos a un punto sin retorno y es el momento de que los líderes
políticos que se reúnen desde hoy en Varsovia (Polonia) en la 19ª Cumbre
del Clima suban en su lista de prioridades la lucha contra el
calentamiento global a pesar de la crisis económica.
La cita se prolongará hasta el viernes 22. No será hasta los últimos
tres días, con la llegada de las delegaciones de los países, cuando se
comiencen a conocer las decisiones.
En esta conferencia, con más de 190 países convocados, el objetivo
más ambicioso es avanzar hacia un gran acuerdo multilateral vinculante
para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que se quiere
tener listo en 2015 para empezar a aplicarse en 2020. Los países
deberían salir de Varsovia con la determinación de hacer los análisis
internos necesarios para poder proponer su contribución nacional a la
solución global. Se trata de que esos proyectos de contención de
emisiones de los gases de efecto invernadero, con sus respectivas
cantidades, sean una realidad en 2014, en la reunión de Lima, y de que
se aprueben definitivamente en 2015, en la cumbre programada para su
celebración en París. Entre los principales problemas está establecer
los criterios para establecer los compromisos de los países. El debate
se adivina interminable.
La búsqueda de financiación —dinero para que los países en desarrollo
afronten los efectos del cambio climático— es otro gran reto en tiempos
de presupuestos menguantes. Hay que determinar de dónde saldrán los
100.000 millones de dólares anuales (74.844 millones de euros) asignados
al Fondo Verde para el Clima. El dinero está comprometido, pero no se
sabe de dónde saldrá. Figueres aseguró en uno de sus últimos discursos
que se intentará “aprovechar el capital privado”. Para los países en
desarrollo la participación económica de los Gobiernos es imprescindible
porque les aporta seguridad. Ahora tienen que estudiar la forma de
eliminar los riesgos que pueda aparejar esa vinculación con el capital
privado. “Uno de los retos será cómo movilizar ese dinero y concebir
formas más inteligentes de combinar dinero público y privado”, contempla
la exsecretaria de Estado de Cambio Climático con el Gobierno de
Rodríguez Zapatero, Teresa Ribera, veterana de este tipo de cumbres.
En la lista de tareas que se dan por hechas se encuentra la
ratificación del segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto,
que se acordó en 2012 en la cumbre de Doha (Catar). El nuevo compromiso
se extiende hasta 2020, pero con obligaciones para muy pocos países,
básicamente los de la UE, Australia, Noruega y Croacia. Apenas
representan el 15% de las emisiones globales, ya que Japón, Canadá y
Rusia se han salido del protocolo y EE UU, el principal emisor per
capita, no llegó a ratificarlo. Ese complicado pacto mundial, que se
quiere tener listo para 2015, es importante porque quiere contar con
China, EE UU, India o Rusia.
Una larga lista de negociaciones
- 1992. Se aprueba la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático con la intención de estabilizar, en el año 2000, las emisiones de gases de efecto invernadero y volver a colocarlas en el nivel de 1990.- 1997. En Japón, donde se celebró la tercera conferencia de los países miembros de la convención, se aprobó el Protocolo de Kioto. Los países desarrollados pactan reducir sus emisiones de CO2 un 5,2% de media entre 2008 y 2012 con respecto a los niveles de 1990. Estados Unidos, el principal emisor, no lo ratificó.
- 2005. Entra en vigor el Protocolo de Kioto con la ratificación de 141 países firmantes. Su objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático.
- 2007. En Bali, los países acuerdan que en dos años habría un nuevo tratado que reemplazara al de Kioto a partir de 2012.
- 2009. En la cumbre de Copenhague no se consiguió un acuerdo sobre qué hacer cuando en 2012 expirara el primer periodo del Protocolo de Kioto. Sí se pactó transferir 100.000 millones de dólares anuales (74.844 millones de euros) a partir de 2020 para combatir el calentamiento.
- 2011. En Durban (Suráfrica), la UE acepta prorrogar Kioto hasta 2020. A cambio intenta lograr un acuerdo para que en esa fecha se sumen el resto de grandes emisores, EE UU y China. En esta cita también se acordó la estructura del Fondo Verde del Clima, en el que los países ricos deben aportar una cantidad fija cada año para compensar a los países en desarrollo.
- 2012. La reunión de Doha (Catar) acordó prorrogar el Protocolo de Kioto hasta 2020, pero con unas obligaciones bastante reducidas. Solo están sometidos a ellas un puñado de países; básicamente los de la UE, Australia y Noruega. En esa reunión también pactaron tener, para diciembre de 2015, un nuevo acuerdo que implique a todos los países y que entre en vigor en 2020.
- 2013. La cita de Polonia quiere avanzar hacia ese gran pacto y para ello se ha fijado la búsqueda intensa de fórmulas para sacar dinero comprometido con los países en desarrollo.
Aída Vila, de Greenpeace, teme que en Varsovia ocurra lo mismo que
pasó en Copenhague en 2009, donde se intentó pactar un acuerdo para 2012
y se fracasó. “El informe del IPCC de 2007 ya decía que el principal
esfuerzo se debe de hacer en esta década, hay que buscar mecanismos para
ajustarlos a la recomendación científica desde ahora”, insiste.
Organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional
(FMI) ya han aconsejado acciones inmediatas. Un informe del Banco
Mundial contemplaba hace un año que si se mantiene el ritmo de emisiones
se llegará a un incremento de las temperaturas de cuatro grados
centígrados a final de siglo. El FMI ya está apostando por que las
subvenciones a combustibles fósiles se reduzcan y se pase a las energías
renovables.
“Ya se está retrasando demasiado el acuerdo. Es muy importante que se
haga un cambio normativo para llegar a un modelo energético con mayor
apuesta por las energías renovables y que deje fuera a los combustibles
fósiles”, contempla Mar Asunción, de WWF. Desde 1995, los miembros de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático se
reúnen a finales de año para coordinar esfuerzos.

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