BBC Mundo.
Los científicos trabajan sin descanso para tratar de averiguar qué hay
detrás de la cifra récord de muertes de estrellas de mar que se está
registrando en los últimos meses a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos.
Desde California hasta Alaska,
estos animales están sucumbiendo al llamado “síndrome debilitante de
las estrellas de mar”, una patología que se inicia con una pequeña
lesión que se infecta y que hace que en menos de una semana pierdan sus
características extremidades y mueran.
En el pasado se han dado episodios similares que se han relacionado con el calentamiento del agua del Océano Pacifico provocado por el fenómeno de El Niño.
Cuando la temperatura del mar es más elevada las bacterias se
multiplican de forma más rápida, lo que hace que, en caso de que la
estrella de mar tenga una herida, esta se infecte más fácilmente.
La cuestión es que en estos momentos El Niño no está activo y los
científicos aseguran que la dimensión del problema -que empezó a
detectarse en el mes de julio- es mucho mayor que en ocasiones
anteriores, cuando estos episodios se daban en zonas aisladas y a una
menor escala.
VARIAS HIPÓTESIS
Expertos como Pete Raimondi, director del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California-Santa Cruz, están ocupados en estos momentos en estudiar las poblaciones de estrellas de mar a lo largo de la costa de los estados afectados.
Expertos como Pete Raimondi, director del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California-Santa Cruz, están ocupados en estos momentos en estudiar las poblaciones de estrellas de mar a lo largo de la costa de los estados afectados.
Con la información que están recopilando elaborarán un mapa que esperan les permita dar con el origen del problema.
“Hubo un episodio de alta mortandad de estrellas de mar en el sur de
California entre 1984 y 1985 y otro de menores dimensiones entre 1997 y
1998”, le explicó Raimondi a BBC Mundo.
“Ambos eventos tuvieron lugar mientras el fenómeno de El Niño estaba activo. Como este año no lo está, es más difícil saber qué está sucediendo”, aseguró el experto.
Raimondi señaló que en estos momentos barajan varias hipótesis sobre las causas de la muerte de las estrellas de mar.
Por un lado creen que puede deberse a un calentamiento de las aguas
provocado por fenómenos locales, como determinadas corrientes marinas,
ya que en algunos lugares, antes de que los animales empezaran a morir,
se registró un aumento de la temperatura del mar.
Otra línea de investigación se centra en que el episodio tenga su
origen en algún tipo de enfermedad que esté siendo transmitida por un
patógeno.
“CONSECUENCIAS INSOSPECHADAS”
“Se podría tratar de una enfermedad que causa una herida en los animales que los hace susceptibles de padecer una infección que acaba matándolos. Esa enfermedad -que creemos podría ser transmisible- podría tener múltiples orígenes, como una bacteria, un virus, un hongo o un parásito”, señaló Raimondi.
“Se podría tratar de una enfermedad que causa una herida en los animales que los hace susceptibles de padecer una infección que acaba matándolos. Esa enfermedad -que creemos podría ser transmisible- podría tener múltiples orígenes, como una bacteria, un virus, un hongo o un parásito”, señaló Raimondi.
Según el experto, si la muerte de las estrellas de mar se debe a un
aumento de la temperatura del agua, el problema debería resolverse con
la llegada del invierno y el consecuente enfriamiento del océano.
Pero si el origen es una enfermedad transmisible, Raimondi aseguró
que el fenómeno -que está afectando a una decena de tipos de estrellas
de mar- “podría prolongarse en el tiempo con consecuencias insospechadas
para las poblaciones de estos animales y sus hábitats”.
Y es que las estrellas de mar no tienen depredadores, por lo que si
desaparecen, los organismos de los que se alimentan multiplicarían sus
poblaciones, afectando a la biodiversidad.
Ante la falta de datos concluyentes, Pete Raimondi se muestra cauto y señala que “podrían ser varias las causas del fenómeno”.
“Estamos trabajando sin descanso para tratar de averiguar lo que
está sucediendo, pero lo ciertoes que estamos al inicio del brote y no
podemos prever lo que sucederá”.
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