Las ciudades de Chicago y Nueva York disputan hoy "la
guerra de las alturas", en la que un organismo muy poco conocido
debatirá y votará cuál de las dos ciudades tiene el edificio más alto de
toda América.
El resultado de la votación del Consejo de Edificios Altos y Hábitat
Urbano (CTBUH) no se divulgará hasta la próxima semana, pero las dos
ciudades con más rascacielos de Estados Unidos y donde la arquitectura
de vanguardia está dentro de su ADN están impacientes por saber quién se
quedan con el título.
Basta caminar un poco por las atestadas calles neoyorquinas para
comprobar que los habitantes de esta ciudad son unánimes acerca de qué
ciudad del país tiene el edificio más alto.
"Nueva York, por supuesto", "Nosotros", o "Nueva York debe ser el
número uno en esto", son algunas de las respuestas que dieron a Efe
algunos de los habitantes de la Gran Manzana, orgullosos del tamaño de
su Freedom Tower (Torre de la Libertad).
La ciudad apuesta por este enorme edificio que ocupa el lugar de las
Torres Gemelas, y que pone sobre el tapete sus 542 metros de altura,
pero solo 417 metros si no se cuenta su aguja, que ha sido instalada
durante este año.
En cambio, Chicago contrapone la Torre Willis (que en 1974 bajo el
nombre de Torre Sears se hizo con el título del edificio más alto del
mundo, perdido hace tiempo en favor de varios edificios asiáticos).
La Torre Willis "solo" alcanza los 442 metros, ya que no tiene aguja,
pero presume de tener el piso ocupado más alto y se puede acceder hasta
el último de sus 130 pisos, donde hay un observatorio con bar y
restaurante muy visitado.
Las normas actuales del CTBUH indican que las antenas no se tienen en
cuenta a la hora de contabilizar la altura total, pero sí las agujas.
"Una antena es solo funcional, algo que se coloca en la cima del
edificio después de que está acabado", explicó hoy a National Public
Radio Anthony Wood, director ejecutivo de ese organismo, con sede
precisamente en Chicago.
Por ello, este organismo decidió que las antenas no cuentan para la
altura, pero sí las agujas, ya que se consideran que son parte del
diseño arquitectónico de los edificios.
Wood apunta también a la posibilidad de que el consejo no se limite a
una discusión y una votación, sino que también pueda decidir modificar
sus reglas y conceptos.
Mientras tanto, el consejero delegado de la empresa que opera la
Torre Willis, Bob Wislow, insiste en que su edificio tiene el piso
ocupado más alto, por lo que defiende que "éste es el edificio más
alto".
El arquitecto de Freedom Tower, David Childs, aseguró en
declaraciones a CBS, que el título no le preocupa, sino que lo que le
interesa es el simbolismo: con la aguja, la altura en pies (cada uno de
30,4 centímetros) de su edificio es de 1.776, el año de la Declaración
de Independencia de EEUU, origen del nombre de la torre.
Es decir, que este arquitecto quiere que el CTBUH certifique que su
edificio tiene los simbólicos 1.776 pies proyectados y alcanzados.
Nueva York mantuvo durante mucho tiempo el título de la ciudad con el
mayor rascacielos del mundo gracias al mítico Empire State, pero en
1974 llegó Chicago con la Torre Sears (ahora Willis) para arrebatarle
ese honor, algo que luego ha ido pasando por varias ciudades asiáticas.
El edificio más alto del mundo es desde 2010 la torre Burj Khalifa
(Dubai), con 828 metros, seguido por las Torres Abraj al Bait de la Meca
(Arabia Saudí), con 601.
Con Freedom Tower aún sin certificar por el CTBUH, los ocho
rascacielos más elevados del mundo están en Asia, y la Torre Willis solo
queda en novena posición.
Si el edificio neoyorquino es catalogado formalmente en 1.776 pies
(542 metros), sólo quedará en tercer lugar de la lista mundial.
Con el título global fuera de su alcance, ambas ciudades y sus
respectivas torres pelean por el título nacional y continental, aunque
la estructura más alta de América (antena incluida) es la Torre CN de
Toronto (Canadá), con 553 metros. Siempre depende de criterios a la hora
de medir.

No hay comentarios:
Publicar un comentario