“Salvemos el
maíz” es el lema de la campaña en México contra una nueva amenaza de
Monsanto y deja bien claro la importancia de tu ayuda.
Luís Ferreirim
Hace miles de años nuestros tatara tatara tatara tatara … tatara abuelos iniciaron la
domesticación y conservación de las plantas que forman la diversidad
de cultivos y que son actualmente fundamentales para nuestra seguridad
alimentaria. Sin duda, nuestros ancestros sabían que la
diversidad es garante de Vida y que la uniformidad mata. Algunas
multinacionales aún no han llegado a este nivel de pensamiento y en
busca del beneficio propio ponen en riesgo el más importante patrimonio
de la humanidad, la biodiversidad.
“Salvemos el maíz” es el lema de la campaña en México contra una nueva amenaza de Monsanto y deja bien claro la importancia de tu ayuda.
México no es un país más donde se cultiva el maíz, México es centro de origen y diversidad del maíz y si se permite el cultivo comercial de maíz transgénico podemos olvidarnos de las decenas de variedades que ahí existen y que a lo largo de miles de años han evolucionado adaptándose perfectamente a las distintas condiciones climatéricas y de los suelos, pero también no podemos olvidar de sus parientes silvestres, a partir de los cuales se ha domesticado el maíz hasta llegar a las variedades que conocemos actualmente.
La liberación de transgénicos al medio ambiente tiene efectos irreversibles y uno de los más importantes en lo que respecta a la bioversidad es la contaminación genética. En España ya vimos como la coexistencia de cultivos transgénicos con convencionales y ecológicos es imposible y no queremos que en México se cometa el mismo error.
El maíz tampoco es un cultivo más, es el cultivo más extendido y el de mayor producción a nivel mundial, por ello fundamental para la seguridad alimentaria. De él dependen también miles de campesinos en todo el mundo.
La diversidad es importante para el suministro global de alimentos y para la seguridad alimentaria. La falta de diversidad genética, por el contrario, puede ser asociada a muchas de las principales epidemias de cultivos en la historia de la humanidad. Nuestros ancestros lo sabían y los campesinos que sienten la tierra también lo saben. ¡No podemos alimentar al mundo con transgénicos!
“Salvemos el maíz” es el lema de la campaña en México contra una nueva amenaza de Monsanto y deja bien claro la importancia de tu ayuda.
México no es un país más donde se cultiva el maíz, México es centro de origen y diversidad del maíz y si se permite el cultivo comercial de maíz transgénico podemos olvidarnos de las decenas de variedades que ahí existen y que a lo largo de miles de años han evolucionado adaptándose perfectamente a las distintas condiciones climatéricas y de los suelos, pero también no podemos olvidar de sus parientes silvestres, a partir de los cuales se ha domesticado el maíz hasta llegar a las variedades que conocemos actualmente.
La liberación de transgénicos al medio ambiente tiene efectos irreversibles y uno de los más importantes en lo que respecta a la bioversidad es la contaminación genética. En España ya vimos como la coexistencia de cultivos transgénicos con convencionales y ecológicos es imposible y no queremos que en México se cometa el mismo error.
El maíz tampoco es un cultivo más, es el cultivo más extendido y el de mayor producción a nivel mundial, por ello fundamental para la seguridad alimentaria. De él dependen también miles de campesinos en todo el mundo.
La diversidad es importante para el suministro global de alimentos y para la seguridad alimentaria. La falta de diversidad genética, por el contrario, puede ser asociada a muchas de las principales epidemias de cultivos en la historia de la humanidad. Nuestros ancestros lo sabían y los campesinos que sienten la tierra también lo saben. ¡No podemos alimentar al mundo con transgénicos!
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