Las
palmeras del Mediterráneo están en serio peligro y ante la falta de
respuestas de la ciencia, un grupo de botánicos europeos decidió
enlistar un nuevo aliado: el genio literario de uno de los escritores
italianos más célebres del siglo XX.
En su libro 'La hormiga
argentina', Italo Calvino 'narra la lucha contra una plaga de hormigas
invasoras en las costas de Liguria, que acaban colonizando cultivos,
viviendas y vidas en San Remo', le dijo a BBC Mundo el botánico español
Bernabé Moya, director del departamento de Árboles Monumentales de la
Diputación de Valencia y uno los organizadores de la Bienal Europea de
Palmeras que tiene lugar esta semana en San Remo.
Cien años
después del relato de Calvino y en el mismo sitio, la historia se
repite. Un nuevo invasor, el picudo rojo, avanza en forma implacable
amenazando con devastar las poblaciones de palmeras y cambiar para
siempre el paisaje del Mediterráneo.
Moya y otros colegas creen
que el mensaje del escritor italiano puede ayudar a llamar la atención
sobre la batalla sin cuartel que están perdiendo las palmeras europeas.
La Bienal incluirá un homenaje a Calvino, cuya obra es vista por los
científicos como una advertencia del impacto nefasto que especies como
el picudo pueden causar ante la falta de medidas tempranas.
Desazón
'La
hormiga argentina nos presenta a un protagonista anónimo que se instala
con su familia en una ciudad costera, buscando una vida más tranquila
para alejarse de las angustias y zozobras de un mundo cada vez más
difícil, laberíntico y veloz', señala Moya.
'Valiéndose de
potentes imágenes visuales Calvino va describiendo una realidad invasora
inquietante, cargada de ansiedad, incertidumbre y desazón, pero sin
renunciar al sentido del humor ni a la capacidad crítica del narrador'.
Esa
misma desazón es la que muchos científicos sienten ahora ante el avance
del picudo rojo, un escarabajo que tiene su origen en el oriente
asiático en bosques tropicales y subtropicales que ha ido avanzando y ha
terminado llegando a Europa a fines del siglo pasado a través de la
importación de palmeras datileras adultas para las nuevas
urbanizaciones.
'Es una plaga que no tiene enemigos ni ha habido
formas eficaces de controlarla. Lo que sabemos hasta ahora es que todas
las especies de palmeras con las que ha tenido relación pueden pasar a
formar parte de su dieta'.
El picudo está devastando las palmeras nativas y tiene diferentes tipos de ataque.
'A
diferencia de los árboles, las palmeras sólo suelen tener una yema muy
grande situada en el extremo superior donde están las hojas. Es el sitio
favorito y preferido del picudo que entra allí y deposita sus huevos,
aparecen las larvas a modo de colonias de tal manera que se pueden
encontrar hasta más de mil picudos en cada una de las palmeras'.
'La
situación es muy terrible porque se están produciendo ataques muy
fuertes tanto en los palmerales autóctonos naturales de Europa como en
el conjunto de palmeras que se han introducido a lo largo de la historia
y forman parte de los famosos, conocidos y emblemáticos jardines
mediterráneos'.
La muerte de los dátiles
Moya cree que uno de los grandes problemas es que no se tomaron medidas preventivas en el momento adecuado.
Durante
la época de boom urbanístico en la costa mediterránea se quiso crear
urbanizaciones con jardines maduros y a pesar de las advertencias se
importaron palmeras adultas.
'Se conocía que el insecto venía progresando y habría que haber evitado la importación de palmeras adultas de gran porte'
'Existe
un movimiento de palmeras adultas muy grandes que vienen del norte de
África y Sudamérica. En las palmeras de Sudamérica vino otra plaga que
se llama paisandisia arcon'.
Para el botánico, trasladar material
vegetal vivo de grandes dimensiones de una a otra parte del planeta está
demostrando que ello acarrea también el traslado de enfermedades.
'Cuando
hablamos de una planta pequeña en maceta que ha sido cultivada en
invernadero o de una semilla o fruta hay controles eficaces y exactos.
Pero si se pretende trasladar toda una palmera que puede pesar 10 o 15
toneladas, que son enormes y llevan tierra, hay un riesgo enorme de
causar daños a la ecología y a la economía'.
El picudo ha causado
en Egipto la muerte de medio millón de palmeras datileras, según Moya.
'En Europa los datos son más difíciles de conseguir pero estamos
hablando de cientos de miles de palmeras'.
Padres botánicos
La
Bienal en San Remo congregará a científicos y también artistas,
comprometidos con rescatar tradiciones populares como el trenzado de las
palmas para la Pascua.
'Las palmeras habitualmente se han
considerado como una cosa decorativa y en cierto sentido un poco banal.
Durante muchos años no había ningún grupo profesional sea de botánicos,
ingenieros agrónomos o forestales dedicados al tema, por lo que ante ese
problema en 1998 expertos y personas que vivíamos en sitios donde había
palmeras en todo el sur de Europa decidimos crear un centro y un
congreso que se celebrara cada dos años en San Remo'.
La ciudad
italiana es también el lugar de origen de la familia de Italo Calvino,
cuyos padres, Mario Calvino y Evelina Mameli, eran prestigiosos
botánicos.
Su madre fue la primera mujer en obtener una cátedra de
botánica en Italia y también en Cuba. Sus padres trabajaron en México y
Cuba y de hecho Calvino no nació en Italia sino en territorio cubano,
en Santiago de las Vegas'.
Calvino nutrió su espíritu de pequeño
en el mundo de la naturaleza. 'La hormiga argentina' se basa en una
plaga real, que sus padres ayudaron a combatir en Liguria cuando era
pequeño.
El mensaje de Calvino
Entre los homenajes planeados
para la Bienal se presentará una obra del artista español Fernando
Fueyo 'que ha hecho un dibujo de Calvino para entregarlo a la ciudad de
San Remo'.
'Vamos a ver, si la ciencia por si misma no ha podido
encontrar solución ante el picudo, a lo mejor la gran literatura puede
echarnos una mano a la hora de dar a conocer este problema y encontrar
soluciones', le dijo Moya a BBC Mundo.
En 2012 se cumplen 40 años
de la publicación de otra obra de Calvino que podría ser profundamente
relevante para la actualidad, 'La ciudad invisible'.
'He visto
ciudades inimaginables y he imaginado ciudades imposibles', escribió
Calvino, y para Moya 'es duro, pero tal vez ha llegado el momento de
empezar a imaginar un San Remo sin palmeras'.
Sin embargo, para
'no caer en la desesperación ni en el conformismo', el botánico español
prefiere recordar una cita que puede resultarnos útil, la última
conversación entre Marco Polo y el Gran Kan con la que se cierra 'La
ciudad invisible':
'El infierno de los vivos no es algo por venir;
hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los
días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La
primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él
hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige
atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué,
en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle
espacio'.
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