La crecida del río Ebro que
afecta a Aragón no ha ocasionado daños en los núcleos de población
aunque sí ha provocado la inundación de cientos de hectáreas de cultivo
que podrían suponer la pérdida de las cosechas de verano, después de que
las avenidas de enero arrasaran las de invierno
La
punta de la crecida, que se encuentra en la actualidad en Zaragoza, ha
llegado esta mañana a Alagón donde ha anegado entre 500 y 600 hectáreas
de regadío en campos de maíz, trigo y alfalfa, según ha dicho a Efe el
alcalde, José María Becerril.
El primer edil ha asegurado que se
da por perdida esta segunda cosecha después de que la crecida del mes de
enero acabara con la de invierno en un año que ha calificado de
"desastroso".
En la capital aragonesa, el caudal ha alcanzado a
primeras horas de la tarde 1.421 metros cúbicos por segundo y una altura
de 4,15 metros, con tendencia a estabilizarse.
Según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), esta avenida de tránsito rápido llegará mañana a poblaciones como Pina de Ebro y Gelsa, en la Ribera Baja, para alcanzar la cola del embalse de Mequinenza al mediodía.
En la desembocadura La laminación de la avenida por el sistema de embalses Mequinenza-Ribarroja-Flix mantendrá caudales en la desembocadura del Ebro cercanos a 1.000 metros cúbicos por segundo durante los próximos días.
Aunque
la crecida no ha originado hasta el momento problemas en los núcleos de
población, sí ha arrancado esta noche el pontón del embarcadero de la
Expo en Zaragoza y lo ha arrastrado hasta el azud, y no podrá ser
reparado hasta que baje el nivel del río, han explicado a Efe los
bomberos de la capital aragonesa.
La peculiaridad de esta avenida
es que se ha producido en junio, han indicado a Efe fuentes del
Gobierno de Aragón, que han añadido que otros años el río baja con muy
poco caudal en esta fecha, al tiempo que han resaltado que no ha
originado "nada fuera de lo previsto" en los casos de aumento del
caudal.
Y después, los deshielos
Una vez
que pase la punta de la crecida por Aragón la vista se pondrá en el
deshielo, si bien los técnicos de la CHE prevén que si no se producen
lluvias torrenciales y el tiempo es el habitual en esta época, las aguas
procedentes de las montañas laminen en los embalses de cabecera, aunque
la imagen del Ebro no será la habitual en esta época del año porque llevará más agua.
La
Confederación está realizando maniobras para aumentar el volumen de
resguardo en los embalses, necesario para almacenar de forma segura
nuevas aportaciones de agua con caudales de entrada inferiores a los de
salida, una vez pasadas las puntas de las crecidas.
En los
próximos meses, el Organismo de cuenca tiene previsto acometer obras
dirigidas a paliar los efectos de las avenidas como cauces de alivio
junto a los municipios ubicados en el eje del río, permeabilización de
puentes y áreas de inundabilidad temporal.
En una reciente
respuesta al Justicia de Aragón (homólogo aragonés del Defensor del
Pueblo), la CHE reconocía que sus técnicos habían detectado tras la
crecida del pasado mes de enero "sobreelevaciones" de la lámina del
agua.
El propio Justicia, Fernando García Vicente, instó el
pasado mes de abril al Gobierno aragonés a llevar a cabo, en
coordinación con las administraciones competentes, las acciones
previstas en el Plan Medioambiental del Ebro, "especialmente en lo relativo a la prevención y defensa de personas y bienes" durante las avenidas. EFEverde |
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