El treinta y siete por ciento de España está ya
afectado por la desertización, un proceso sinónimo de pobreza, que
conlleva un deterioro de la naturaleza y los ecosistemas, además del
empobrecimiento económico de la región como consecuencia de la grave
erosión del suelo.
En la España de clima mediterráneo, la desertización se produce por
condiciones climáticas semiáridas, sequías estacionales, extrema
variabilidad de las lluvias y lluvias torrenciales, ha manifestado a
EFEverde el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Carlos del Álamo
con motivo de la celebración mañana del Día Mundial contra la
Desertización.
"En estas condiciones los suelos se vuelven pobres con una tendencia a
la erosión, si se añade un relieve abrupto con laderas escarpadas,
incendios forestales y sobrepastoreo el resultado es un proceso
irreversible de pérdida de suelo fértil durante cientos de años", ha
afirmado del Álamo.
En esta línea, el decano ha insisti
do que "la sobreexplotación de
acuíferos y el mal uso del agua disponible" agravan el fenómeno y da
origen a los extensos territorios en los que se desarrolla la
desertización en España.
Según datos del ministerio de Medio Ambiente, en España el riesgo
desertización "muy alto" afecta a un 2,03 % del territorio, mientras que
el riesgo "alto y medio" afecta al 15,82 % y al 19,20 % del territorio
respectivamente.
Las comunidades que sufren este proceso en mayor o menor medida son
Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía, algunas islas de las Canarias
como El Hierro o Fuerteventura, áreas del interior de Aragón y Cataluña y
las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla entre otras.
Por contra, las comunidades del norte peninsular como Galicia, Cantabria o el País Vasco son las menos dañadas.
Para mitigar los efectos de la desertización Del Álamo ha abogado por
bosques "bien gestionados", herramienta imprescindible para luchar
contra la desertización.
Desde el Gobierno se ha desarrollado el Programa de Acción Nacional
contra la Desertificación (PAND) que constituye la principal obligación
contraída por España como firmante de la Convención de Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación (CLD).
Las medidas mas relevantes llevadas a cabo por el ejecutivo son la
restauración de la cubierta vegetal, la lucha contra los incendios
forestales y la elaboración de planes especiales de actuación en
situaciones de alerta y eventual sequía.
Para Alberto Fernández, experto en política de agua de la
organización ecologista WWF, la desertificación es un proceso
"importante" especialmente en el tercio inferior peninsular que lo sufre
debido -entre otras causas- a la pérdida de la capacidad del suelo de
mantener la vegetación.
Para Fernández, los recortes presupuestarios del Gobierno derivan en
un "parón" grande en la restauración vegetal y ha criticado la actuación
de las comunidades autónomas que han reducido las inversiones en la
protección del suelo.
En esta línea, desde WWF han reclamado que en las negociaciones de la
reforma de la Política Agrícola Común (PAC), la propuesta española se
dirija a una mayor protección del agua y el suelo en sintonía con Europa
que pide un "reverdecimiento" de la política agraria.
La desertización no sólo afecta a España: según el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este proceso perjudica a
la cuarta parte del planeta, unos 250 millones de personas, y daña los
medios de vida de más de mil millones de habitantes de unos cien países
al reducir la agricultura y la ganadería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario