Más de 7.000
hogares checos seguían hoy sin electricidad, gas y calefacción a causa
de las inundaciones en su país, informó hoy Radio Praga.
En torno a medio centenar de localidades se han visto total o
parcialmente anegadas en la zona de Bohemia noroccidental, como las de
Usti nad Labem, Destín o Litomerice, que permanecen en estado de
emergencia.
En la región de Usti nad Labem que, situada junto a la
frontera con Alemania, es la región más afectada de la República Checa,
el nivel del río Elba alcanzó esta madrugada su "punto crítico", con un
caudal de hasta 10,7 metros.
Más de 11.000 personas tuvieron que ser desalojadas en las últimas horas.
Lenta recuperación
Los
meteorólogos han registrado hoy una leve disminución del nivel de las
aguas, si bien "muy lenta", informó el diario iDNES en su versión
digital.
Todavía hay previsiones que estiman que el Elba pueda alcanzar el nivel máximo de 11,5 metros en algunos puntos.
Durante
la pasada noche, una presa improvisada reventó en la localidad de
Terezin, y el agua entró en varias casas, alcanzado una altura de hasta
más de un metro.
Más de 500 personas han tenido que ser rescatadas
por los bomberos desde que comenzaran las inundaciones, la mayoría de
las cuales son de la región de Usti, según Radio Praga.
De
momento, el número de víctimas mortales asciende a ocho en este país
centroeuropeo, donde más de 19.000 personas se han visto obligadas a
abandonar sus casas.
Agua potable
Las
inundaciones también han penetrado en más de 630 pozos y en 72
acueductos públicos, lo cual afectó a unas 31.000 personas, que quedaron
desprovistas de fuentes de agua potable.
El Ministerio de Salud
advirtió de que las riadas podían causar enfermedades infecciosas en la
población, y preparó las reservas de vacunas contra el tétanos y contra
la ictericia de tipo A y B.
Centenares de militares de las Fuerzas
Armadas Checas siguen ayudando en las tareas de contención de
inundaciones, pero el Gobierno estimó que, cuando los ríos recuperen su
caudal natural, quizá se precisen más efectivos en los trabajos de
limpieza de escombros.
No obstante, hay indicios de que la
situación comienza a mejorar, sobre todo en Praga, la capital, donde se
reabrió otra estación de metro (la primera se abrió ayer) de las que
habían estado cerradas para los usuarios. A pesar de ello, sigue vigente
el estado de alerta. EFEverde
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