Los vecinos lo saben desde que la compañía canadiense Edgewater expuso su declaración de impacto ambiental sobre la mina de oro de Corcoesto
y van acopiando informes sobre los efectos del arsénico, identificado
como carcinógeno. Sin embargo, el Ayuntamiento de Cabana de Bergantiños,
que recibió de Sanidade notificación expresa (y reiterada, según la
consellería) desde el 7 de mayo, no les informó de nada. Hasta que a
finales de la semana pasada, ya con la polémica prendida al trascender la alerta de la Xunta,
el alcalde dictó un bando de advertencia que apareció colgado en la
parroquia. El agua de seis fuentes que surten a los pueblos de
Montefurado, As Lamas y O Dequente, en total unas 75 viviendas y sus
correspondientes tierras, presenta niveles de arsénico que superan el
tope fijado para preservar la salud. Y es tanto el desfase detectado que
se da algún caso, como el del manantial Picotos Sur, en el que el agua
arrastra casi 119 microgramos por litro cuando el límite de referencia,
la proporción a partir de la cual saltan las alarmas, está fijado en 10.
La Sociedade Galega de Historia Natural lleva desde diciembre sacando
a la luz informes universitarios que relacionan directamente las
antiguas labores mineras en esta parroquia de Cabana de Bergantiños (la
mina fue abandonada en 1930 por una compañía británica) con la
contaminación por arsénico de las aguas y la tierra. El gran riesgo de
Corcoesto, según sus detractores, está en el uso de cianuro para lavar la roca
y obtener las partículas de oro, y en la liberación de arsénico del
suelo. El oro aparece asociado a la arsenopirita, y es necesario
pulverizar la piedra para extraerlo
Las cifras de contaminación de las aguas ya aparecían recogidas en
las analíticas que encargó en 2011 a Applus Norcontrol la empresa Río
Narcea Gold Mines (que vendió sus derechos mineros a Edgewater
Exploration). Se realizaron dos controles, en marzo y en octubre, y los
resultados fueron aún más alarmantes en el segundo muestreo que en el
primero. En la declaración de impacto que aprobó Medio Ambiente a
finales de 2012 aparecían reflejados estos datos y fue entonces, durante
la exposición pública, cuando los vecinos que acudieron a consultarla
supieron que estaban bebiendo agua contaminada. Nadie, desde la
Administración autonómica o local, los alertó hasta que la Sociedade
Galega de Historia Natural preguntó a la Xunta por el tema. Sanidade quita hierro al asunto del tiempo perdido
asegurando que el límite de salubridad fijado está calculado para un
“largo plazo”: una persona que bebe “dos litros de agua al día” durante
toda una vida. Algunos informes realizados en zonas mineras de América
que han llegado a manos de los vecinos de Corcoesto alertan sobre el
riesgo de enfermar a través de la piel o por vía respiratoria, y quieren
que alguien les dé explicaciones.
Según la Xunta, la saturación de arsénico es “de origen natural” y
esta agua no se puede beber ni usar para cocinar, aunque sí para lavar y
lavarse. Sanidade reconoce que también afecta a los animales, pero
advierte de que dar esa alerta “no compete a esta consellería”. El 31 de
mayo, en la misma semana en que viajó a Bruselas para defender con
Edgewater el proyecto minero previsto para Corcoesto, el regidor local,
José Muiño, firmó el bando recomendando a los vecinos dejar de consumir
lo que mana de las fuentes de Augalavada 2 (22,6 microgramos por litro) y
Santa Mariña (12,76), que se usan para beber.
El mismo escrito advierte sobre los manantiales de Augalavada
(83,06), As Labradas (13,42), Picotos Sur (118,8) y Picotos Norte o
Xabarido (47,9), que se usan como riego de cultivos. Los miembros de la asociación vecinal Petón do Lobo
se preguntan de qué forma van a atender sus plantaciones y sus animales
“con agua de botella”. La solución que aporta Sanidade es una traída
municipal. El Ayuntamiento, según la Xunta, está obligado a suplir la
carencia de agua potable con una canalización propia. Según el concejal
de Obras, Carlos Allo, esa traída, procedente del río Anllóns, existe
desde hace tiempo pero nunca se ha llevado hasta las casas. No hay
conexión, y los vecinos tampoco quieren pagar ahora por lo que antes
tenían gratis. “¿Cómo vamos a regar con agua de la traída municipal?”,
pregunta Petón do Lobo. “Lo que quieren es echarnos de aquí para
dejárselo todo libre a la minera”.
El BNG insta a la Comisión Europea a prohibir el uso de cianuro
La eurodiputada del Bloque, Ana Miranda, presentó una iniciativa
parlamentaria dirigida a la Comisión Europea recordándole que todavía no
ha cumplido el mandato de la Eurocámara, aprobado en 2010, de prohibir
de forma general el uso de las tecnologías mineras a base de cianuro en
la UE. En aquella resolución, se argumentaba que el veto completo a esa
sustancia era la “unica forma segura de proteger los recursos hídricos y
los ecosistemas”.
Según explica Miranda, con esta propuesta solo está reclamando que se
cumpla una resolución que “debería estar ejecutada en 2011”. Pero
además, pregunta a la Comisión “cuándo va a instar a los Gobiernos a que
no presten ningún apoyo, de forma directa o indirecta, a proyectos
mineros que impliquen la utilización de cianuro” porque pueden tener
“consecuencias trágicas para la salud pública, para la conservación del
territorio y para el medio ambiente”.
Para “concienciar” a los miembros del Europarlamento, la nacionalista
remitió un correo a los 754 diputados que incluía un enlace al exitoso
vídeo promovido por la Sociedade Galega de Historia Natural en contra de
la “megaminería contaminante” y de la política de la Xunta al respecto.
En el correo, Miranda les pide su apoyo para remitir una carta al
comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik. Quiere que el esloveno se
dirija al Gobierno de Feijóo y le exija no dar respaldo a negocios como
el que Edgewater pretende poner en marcha en Corcoesto.
Corcoesto se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la
megaminería en Galicia porque su tramitación está más avanzada que el
resto de iniciativas de compañías foráneas que rastrean en toda la
comunidad oro, plata y minerales estratégicos para las nuevas
tecnologías. “Si Corcoesto sale adelante, todas las demás minas saldrán
adelante”, comentaban diversos miembros de plataformas de afectados
convocados el domingo pasado en la gran manifestación de Santiago. En
Galicia, según Adega, se encuentran en distintas fases de su tramitación
al menos tres decenas de proyectos auríferos.
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