El informe científico sobre el proyecto Castor,
aún en elaboración, pronostica que habrá más microterremotos si el
Gobierno no paraliza definitivamente la planta de almacenamiento de gas,
según asegura hoy la Cadena Ser,
que cita “fuentes conocedoras del proceso”. Los técnicos del Instituto
Geológico y Minero (IGME) están ultimando el informe que les encargó el Ministerio de Industria y podrían entregarlo la semana que viene.
Los científicos ya dijeron a principios de octubre, en cuanto
recibieron el encargo de Industria, que no se podía descartar que
volviera la actividad sísmica si se ponía en marcha de nuevo el Castor.
De hecho, la propia empresa ha reconocido siempre que los terremotos más
pequeños, los de magnitud inferior a 3, se deben a su actividad. Las
técnicas de inyección de gas en el subsuelo como la que utiliza Castor
para almacenarlo a grandes profundidades están asociadas a lo que se
conoce como sismicidad inducida. Son seísmos, sin embargo, que la
población no percibe.
También se sabía que no ha sido la falla de Amposta, sobre la que se
asienta el depósito, la que ha provocado los terremotos de mayor
magnitud –los ha habido hasta de 4,2, y la población del entorno de
Vinaròs (Tarragona) los ha percibido claramente--, sino una más pequeña
situada en el entorno, probablemente no cartografiada. Los expertos ya
la tienen localizada, según relataron dos fuentes a EL PAÍS hace unos
días. La Ser asegura que el informe no descarta que se pueda volver a
despertar si vuelve la actividad al subsuelo de la zona.
En realidad, los técnicos del IGME no descartan prácticamente nada.
Fuentes consultadas por este diario siempre han repetido que el informe
que harán es de carácter técnico, mientras que la decisión de permitir
que vuelva a usarse Castor es política y económica. Dada la sismicidad
inducida que acarrean estos proyectos, ningún científico puede firmar si
es seguro “al cien por cien” –la expresión que empleó el ministro de
Industria, José Manuel Soria, como condición para reabrir
Castor—reanudar una actividad que inyecta gas en un subsuelo
sísmicamente activo.
La Generalitat catalana desactivó su plan de emergencia sísmica
(Sismicat) el pasado 29 de octubre, tras registrar seis días sin
terremotos en la zona del Castor. Durante la crisis se han producido más
de 600 seísmos.

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