China, Vietnam y Camboya participan en esta empresa de riesgo
compartido que invertirá 781,5 millones de dólares (610 millones de
euros) en unas obras que estarán completadas dentro de cinco años, según
el diario "Phnom Penh Post".
Después de ocho años de estudios
sobre el impacto medioambiental del proyecto, el Gobierno del primer
ministro Hun Sen dio su aprobación ayer.
El gobernante ordenó la
construcción de nuevos asentamientos y la habilitación de tierras para
los camboyanos que tendrán que dejar sus hogares actuales para la
construcción de la presa, un número que las organizaciones ecologistas
calculan que rondará las 50.000 personas.
Los detractores del plan advierten de que la presa amenaza la biodiversidad y viabilidad del Sesan.
Camboya,
como otras naciones de la región, busca en las centrales
hidroeléctricas y de carbón abastecer la creciente demanda de energía de
sus economías.
Está previsto que Camboya inaugure antes de 2020 nueve presas que produzcan 2.045 megavatios. EFEverde
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