Cómo y cuándo aparecieron los dinosaurios, qué comían, si rugían, mugían o trinaban o si inventaron ellos las flores son algunas de las cosas que todo buen "dinomaníaco" debería conocer, cuestiones que trata de responder el paleontólogo José Luis Sanz en su nuevo libro "Pequeña historia de los dinosaurios".
Sanz,
quien admite ser un "friki perdido" de los dinosaurios, aunque "los hay
peores", explica que "afortunadamente" hay muchos aficionados a estos
animales, "un tema ideal para interesarse por la ciencia".
A su
juicio, una de las principales razones de esta fascinación es que el
dinosaurio ha sustituido al mito del dragón en las sociedades actuales.
Editado
por Espasa y con ilustraciones de Luis Doyague, este libro de 190
páginas está dividido en 24 capítulos escritos con un lenguaje
coloquial, con expresiones como "alucinando pepinos" o "fliparías",
pensando sobretodo en los jóvenes de entre 8 y 15 años.
Sanz hace
comparaciones constantes con elementos fuera de la ciencia, como la
literatura, los cómics, el cine o internet, con el objetivo de favorecer
el acercamiento de la ciencia a los jóvenes porque, insiste, ésta y la
paleontología en concreto "pueden ser divertidas".
El libro
comienza con el capítulo "el estudio de los fósiles descubre mundos
inesperados", en el que se podrá aprender por ejemplo que los
dinosaurios más antiguos y primitivos que se conocen aparecen en el
Triásico de Argentina, hace unos 230 millones de años.
A este le sigue el capítulo titulado "Steven Spielberg se une a los paleontólogos".
Y es que este director de cine fue el primero en tratar a los dinosaurios como animales y no como monstruos.
Según
Sanz, la interpretación de los dinosaurios como monstruos a destruir y
no como seres vivos reales que tienen sus derechos ha sido constante en
el relato de ciencia ficción.
Estas ideas tienen mucho que ver con
la paleontología de cada momento histórico, las cuales han cambiado
radicalmente desde 1970.
El nuevo paradigma (conclusiones
ampliamente aceptadas por los científicos), en el que todavía estamos,
los interpreta como animales normales, no monstruos; y el cine ha
absorbido esta idea.
Cuando Spielberg abordó, según Sanz, la
realización de Parque Jurásico señaló algo así como que quería hacer una
película de animales, no de monstruos como Godzilla o Gorgo.
Hay un "antes y un después" con este director de cine, aunque, incluso, Parque Jurásico se permite "algunas licencias".
Para
Sanz, el cine de dinosaurios no supone ninguna agresión a la ciencia
paleontológica, pero una cosa es la ciencia y otra el cine.
Este
profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, quien apunta que conoce
entre 150 y 200 películas de dinosaurios, dedica un capítulo a los
dinosaurios 'españoles': "Españoles con tronío".
En él dice que la
paleontología española se "tomó su tiempo", 163 años, para participar
en la carrera de descubrir estos animales (de los aproximadamente 600
géneros de dinosaurios conocidos en el mundo, 14 están en España).
Desde
entonces se ha aprovechado el tiempo, afirma este investigador, quien
no obstante alerta de que los nuevos recortes en ciencia pueden provocar
un retroceso, como en muchas áreas del conocimiento científico. EFE
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