martes, 4 de junio de 2013

a temperatura se mantiene, pero la percepción se dispara


La temperatura sube cada vez más en las ciudades debido a varios factores confluyentes. Tanto el concreto como el asfalto reflejan la luz solar y el calor, en lugar de absorberlo como la tierra. Por otro lado, el consumo imparable de combustible y energía agrega a la ecuación importantes cantidades de calor. A medida que las ciudades crecen y las zonas con predominio de vegetación escasean y se alejan de las áreas habitadas, el aumento de la temperatura se vuelve más perceptible. Expertos calculan que a escala internacional, las temperaturas han subido entre 1 y 5 grados.

Las consecuencias de este fenómeno pueden ser peligrosas. Las islas de calor que se generan en las ciudades provocan aumentos repentinos de varios grados, con impactos en la salud pública. Los niños y los ancianos, cuyos organismos son más delicados, pueden sufrir deshidrataciones que ponen en riesgo su vida. Si los termómetros rebasan 37°C, que son el promedio de la temperatura humana, los adultos también pueden verse comprometidos, debido a problemas como paros y fallas cardiacas. El corazón, según estudios médicos, puede adaptarse mejor al frío que al calor extremo.

Una ola de calor en Chicago, durante el verano de 1995, alcanzó hasta 43°C y dejó un saldo de 750 víctimas mortales en apenas cinco días. En Europa, en 2003, una gran ola de calor azotó Europa, provocando temperaturas hasta 10°C por encima de las normales. Alrededor de 20 mil personas, en su mayoría ancianos, murieron por causas atribuibles al exceso de calor. Países como Francia, España, Portugal, Italia, Reino Unido, entre otros, sufrieron sus efectos.

Un golpe de calor se produce cuando en cuestión de minutos la temperatura corporal asciende por encima de los 41°C, lo que puede ocasionar la pérdida de la conciencia e incluso la muerte.

Por otro lado, las emisiones contaminantes en la atmósfera han debilitado la capa de ozono, que protege a los organismos vivos de la radiación solar, permitiendo el paso de más ondas nocivas. Los médicos no recomiendan exponerse al Sol durante largos periodos y, en caso de que sea imposible evitarlo, prescriben el uso de bloqueadores solares, especialmente en el caso de los niños.  Problemas cutáneos de diferentes tipos e incluso ciertos tipos de cáncer de piel pueden ser la consecuencia de una exposición prolongada al Sol directo, en especial durante los meses más cálidos del año.   

Otros problemas ocasionados por las altas temperaturas son salpullidos, irritación en cuello, axilas, pliegues de piernas y brazos, enrojecimiento de la cara, calambres y contracciones musculares, que se presentan en la parte anterior y posterior del tórax. De presentarse cualquiera de estos signos, las autoridades de Salud recomiendan acudir a los servicios de Urgencias.

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