La Consejería de Infraestructuras, que dirige Isabel Bonig, logró este viernes el respaldo del Consell para aprobar el nuevo plan de residuos que sustituye al vigente desde 1997. El nuevo plan apuesta por la incineración
en detrimento de los vertederos, que según Bonig quedarán colmatados en
el año 2020. En la actualidad no hay ninguna incineradora en la
Comunidad Valenciana, pero Bonig dejo clara la intención del Consell de
apostar por las plantas de “valorización energética”, según el eufemismo
empleado por la consejera para evitar hablar de incineración.
Bonig admitió que la decisión es polémica, razón por la cual desgranó
distintos argumentos para defender la incineración: la normativa
europea obliga a apostar por la quema de residuos
antes que por los vertederos; Alemania ha prohibido los vertederos; El
Gobierno catalán de izquierdas aprobó la instalación de dos
incineradoras; Palma de Mallorca tiene una incineradora en la isla pese a
que su actividad es principalmente turística; la incineración no genera
ningún problema ni para la salud ni para el medio ambiente.
Pese a todo, la consejera hizo un llamamiento a los socialistas para
que no hagan de las incineradoras un motivo de debate político. El
número y la ubicación de estas instalaciones se decidirá en los 13
consorcios en los que se ha dividido la Comunidad Valenciana, donde
participan Generalitat, diputaciones y ayuntamientos.
El nuevo plan de residuos destacó que los ejes del mismo son tres:
que pague quien contamine; construir un sistema en base al principio de
proximidad y autosuficiencia en la gestión de residuos y fomento de los
hábitos para reducir el número de toneladas y estimular su reutilización
y reciclaje.
La vigencia del nuevo plan es de carácter indefinido, pero se podrá revisar cada seis años para ajustarlo.
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