La Ong
de defensa de la naturaleza Greenpeace ha elaborado un documental para
protestar por la contaminación "impune" de ciertas empresas sobre los
ríos mexicanos como el río Santiago del estado de Jalisco, cuyas
comunidades vecinas están muy afectadas por los vertidos tóxicos.
"Aquí se puede contaminar legalmente, sin tener ningún problema
legal y aunque lo hagas ilegalmente es muy rara la vez en la que se te
va a controlar y aún así se te tiene que avisar antes de que se te
controle", dijo a Efe Pierre Terras, coordinador de la campaña de
Tóxicos de Greenpeace México.
Dirigido por el cineasta mexicano
Eugenio Polgolvsky, "Un salto de vida" relata el drama humano que viven
las comunidades aledañas al río Santiago en el estado de Jalisco, oeste
del país, a través de la historia concreta de una familia que se dedica a
luchar por que se conozca su situación.
"Es la historia de una
familia que lucha para llamar la atención en su comunidad, organizar
eventos y confrontar a la industria y al Gobierno, que son ambos los
responsables de esta situación; Y es un contexto muy trágico, porque es
una lucha más que de activistas es una lucha para la vida, está su vida
de por medio", explicó.
La contaminación de este río, que ya no
tiene apenas peces, afecta a "decenas de miles de personas" que viven en
las zonas cercanas a la zona metropolitana de Guadalajara, aseguró el
activista.
"La idea era retratar una historia humana de personas
que viven en el contexto de la afectación por contaminación tóxica del
agua en el río Santiago, en donde hay muchos problemas de salud y muchas
enfermedades relacionadas con los riñones, cánceres...", contó.
Según
denunció Greenpeace hace unos meses, el Gobierno mexicano ya sabía hace
años de la contaminación del agua pero "mantuvo en secreto" un estudio
en el que se encontraron 1.090 sustancias químicas y en el que se
advertía de que los que viven a menos de cinco kilómetros del agua están
en riesgo por la contaminación química del agua.
Según contó
Terras, en México hay muy pocas sustancias que están reguladas y por
ello "cualquier empresa puede descargar sustancias cancerígenas en los
ríos en las cantidades que quieran", por lo que muchas extranjeras
vienen a esta zona de México para huir de los controles de sus países de
origen.
"Las empresas responden siempre a unas marcas y esas
marcas son europeas o estadounidenses que en sus países no tienen este
tipo de conductas y por eso externalizan su cadena de producción.
Nosotros ponemos la responsabilidad del lado de la marca que debe de
hacerse cargo de asegurar productos sin tóxicos y ríos sin
contaminación", dijo.
En su opinión, aunque estas empresas
llegaron a traer el progreso a los pueblos, en realidad "se han
convertido en los enemigos de los pueblos porque han destrozado sus
territorios", aseguró.
Datos de Greenpeace aseguran que en México más del 70 por ciento de los ríos están contaminados con sustancias químicas.
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