La carraca manchega que la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) radio marcó en Alcázar, con el fin de conocer los movimientos que este ave sigue en su éxodo migratorio al continente africano, ha recorrido ya más de 6.700 kilómetros desde que partió de la provincia de Ciudad Real.
Blas Molina, técnico del Área de Seguimiento de Especies de
SEO/BirdLife, ha explicado a Efe que las nuevas tecnologías de
seguimiento remoto de aves están permitiendo, por primera vez en el
mundo, seguir las carracas en tiempo real en su viaje por África y
descubrir sus zonas de invernada, hasta ahora desconocidas.
En su
viaje, este ejemplar de carraca, tras cruzar el Estrecho de Gibraltar,
llegó a Marruecos, desde donde comenzó un recorrido que le ha llevado a
visitar ya ocho países africanos.
Desde Marruecos voló a la parte
más occidental del Sahara para evitar las zonas más áridas, tras lo cual
partió a Mauritania y desde ahí hacía oriente.Tras cruzar toda la
estepa subdesértica llegó a Mali y Níger para asentarse un tiempo en el
lago Chad.
A finales de octubre la carraca tomó la ruta hacía el
sur atravesando Nigeria, Camerún y la República Democrática del Congo,
hasta llegar a Angola, lugar donde se encuentra en la actualidad.
Molina
ha explicado que con toda probabilidad la carraca continúe su viaje en
dirección a Namibia o Bostwana, porque allí se dirige una de las otras
tres carracas que están siendo seguidas por satélite, la anillada en
Madrid, que se encuentra en Namibia.
Curiosamente, ha explicado,
"las cuatro carracas, una vez instalada en la zona del Lago Chad, han
tomado unas direcciones más o menos paralelas y se dirigen hacia el
sur".
Además, "lo curioso es que lo han hecho en las mismas
fechas, lo que parece tener una relación directa con el hábitat y el
sistema de precipitaciones que existe en África".
El período de
lluvias se desplaza hacía el sur y es en Angola donde, ahora, las
precipitaciones son más abundantes, "además es en países como Namibia y
Bostwana donde estas aves encuentran el hábitat que más le gusta, zonas
abiertas de pastizales con algún árbol disperso".
El seguimiento
está aportando a los técnicos una información muy valiosa, ha reconocido
Molina, quién ha apuntado que ahora están expectantes por saber cuándo
vuelven y si utilizarán el mismo lugar para volver o, por el contrario,
lo harán por países más localizados al oriente de África, por ejemplo a
través de Zambia o Tanzania.
Molina ha señalado que "hasta hace
nada no sabíamos absolutamente nada de la migración de la carraca, ya
que los datos se obtenían a través del anillamiento científico, pero
para esta especie, que es muy escasa, solo se habían puesto 3.600
anillas, sin que por el momento se hubiera producido ninguna
recuperación".
"No sabíamos dónde iban y aunque los ornitólogos
teníamos constancia que iban a África, no conocíamos sus recorridos,
algo sobre lo que se ha conseguido arrojar luz, al utilizar el
seguimiento por satélite para este especie", ha ampliado.
Según
Molina, "la información es todavía más importante porque hemos podido
observar que esta especie es capaz de recorrer 200 kilómetros en un día,
aunque lo hace poco a poco, en recorridos que pueden llegar de 50 a 100
kilómetros".
Además, ha concluido, "nos permitirá conocer las
amenazas que puede afectar a la conservación de la especie tanto en las
rutas que siguen como en los lugares en los que asientan para pasar el
invierno".
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